¿Cuándo empiezan a hablar los bebés?

¿Cuándo empiezan a hablar los bebés?

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    A medida que el bebé va cumpliendo meses, una de las preguntas más frecuentes entre los padres primerizos es cuándo debe empezar el niño a hablar. ¿A qué edad es esperable que digan las primeras palabras? ¿Debo preocuparme si mi hijo no habla cuando lo hacen otros niños? Respondemos dudas.

    Sus primeras palabras

    Lo primero que hay que saber es que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo madurativo. Es básico saberlo, entenderlo y respetarlo para comprender que el momento en el que empiece a decir sus primeras palabras también depende de esto. Hay niños más precoces que a los seis meses ya emiten palabras sueltas y otros que pueden tardar en hablar hasta los dos años, por ejemplo.

    Algo que es común, independientemente de cuándo el niño diga su primera palabra, es que previamente comienza con gestos y sonidos. Poco a poco se va familiarizando con el lenguaje, sobre todo a partir de los seis meses. Sin embargo, en líneas generales, las primeras palabras no llegan hasta el final del primer año: ahí aparecen los monosílabos y palabras básicas como «papá», «mamá» y «oh-oh», por ejemplo. Después, entre los 18 y los 24 meses, comenzarán a decir palabras más largas.

    «Las habilidades lingüísticas se desarrollan adecuadamente cuando hay un entorno en el que el niño se siente amado y estimulado. También hay que tener en cuenta la salud del bebé. Por lo general, los bebés comienzan a decir sus primeras palabras durante el primer año de vida y cuando éste acaba pueden pronunciar docenas de palabras y formar oraciones. Al principio del segundo año, los niños amplían su vocabulario lentamente y sus progresos son extraordinarios al final de este período», explica Montserrat Mitjavila, especialista en Logopedia en la Clínica Tres Torres de Barcelona y miembro de Top Doctors.

    Hitos del lenguaje

    Como decíamos, las primeras palabras y otros hitos del habla o el lenguaje llegan en momentos diferentes, cada bebé progresa a su ritmo, aunque hay unos hitos claros, tal y como argumenta Mitjavila:

    Etapa 1 a 3 meses:

          • Primer mes de vida: el bebé puede reconocer la voz de su madre y su cara. El lenguaje corporal, aún descoordinado, con sacudidas de brazos y piernas puede referir muestras de alegría o enfado. Se comunica con llantos y puede mostrarnos sus primeras sonrisas, así como hacer gorgoritos.
          • Segundo mes: puede emitir sonidos, como “aaah,aaaah, aaaah”, “uuuuh,uh,uuh”.
          • Al final de esta etapa, el bebé está muy atento a los ruidos, sonidos y música de su entorno. Su comunicación corporal, su mirada, su cara y voz son más expresivos.

            Etapa de 4 a 7 meses:

              • El bebé balbucea y emite sonidos como “agu,agu,agu”, “ma,ma,ma”, “bua,bua”.
              • Adaptado a sus horarios y a su entorno reconoce: la figura y la voz de su mamá, cuando le van a limpiar su pañal y cuando va a comer o a pasear. Puede responder a su nombre, con comunicación corporal y sonidos.
              • En esta etapa el bebé entiende más de lo que creemos.

                Etapa de 8 a los 14 meses:

                  • El bebé entiende lo que se le dice.
                  • Al final de esta etapa, algunos son capaces de decir oraciones con 2 o 3 palabras para cubrir sus necesidades: “quiero agua”, “quiero juguete”, “mamá, aquí”, “a paseo”, “mamá aupa”, “no quiero”, “sí quiero”, aunque puede que cambie partes de las palabras por otros fonemas. También son capaces de atender nuestras peticiones.
                  • La música le ayuda a madurar su discriminación auditiva. Podemos hacer que nuestro bebé sepa que va a pasar si le repetimos la misma canción para una actividad concreta en su día a día. Este ejercicio le dará seguridad y bienestar.

                    Etapa de 13 a 24 meses:

                    • Los niños entienden perfectamente el lenguaje y son capaces de atender nuestras demandas.
                          • Están pendientes de todo lo que sucede a su alrededor, de todas las conversaciones y estímulos que ven y oyen.

                            A medida que el niño desarrolle la capacidad de hablar, puede que cambie partes de las palabras por otros sonidos o letras. Si esto sucede, hay que ayudarle a pronunciar bien, repitiendo varias veces la palabra de forma correcta sílaba a sílaba y marcando una amplia articulación.

                            Cuándo consultar al médico

                            Como decíamos, cada niño tiene su propio desarrollo madurativo, pero tal y como nos explica la experta en logopediaMontserrat Mitjavila, podemos sospechar que un niño puede tener un problema en adquirir las habilidades lingüísticas si entre 1 y 2 años de edad manifiesta:

                            • Dificultades en la comunicación e interacción social. No tiene intención comunicativa. Siempre está callado, juega solo repetidamente a lo mismo con los mismos juguetes, no intercambia miradas.
                            • Muestra rigidez de pensamiento, dando lugar a conductas estereotipadas. Dificultad para predecir lo que va a ocurrir en su entorno y como consecuencia no quiere que su zona de confort varíe.
                            • Conducta inapropiada. Puede encontrar dificultades a la hora de respetar las normas básicas en las relaciones interpersonales como el respeto,el espacio interpersonal, mantener la cordialidad en momentos críticos o difíciles. Pueden presentar ciertos problemas a la hora de interpretar los mensajes.

                              Por estos motivos, la experta advierte que los retrasos en el desarrollo del habla y el lenguaje deben ser tratados por un profesional: «si crees que tu bebé está atrasado en el desarrollo del lenguaje, es mejor no esperar y acudir al pediatra para que os aconseje. Cuanto antes se detecte el problema, antes se podrá ayudar al niño. Si hay problemas de audición, un otorrino será el especialista indicado. Si se trata de un trastorno del habla o del lenguaje, se debe acudir a un logopeda. Y si no existe ningún problema, hay que tener en cuenta que los niños hablan cuando están listos y que cada uno tiene su ritmo», aconseja.

                              En este mismo sentido, en su blog “El Neuropediatra”, Manuel Antonio Fernández, experto en Neurología Pediátrica, enumera también unos signos de alarma generales para saber cuándo hay que preocuparse por el lenguaje de un niño en función de la edad: “ Antes del año, si no responde con normalidad a los sonidos o no vocaliza ningún sonido. Entre uno y dos años, si no usa gestos o señala con el dedo, no dice adiós a los 12 meses, prefiere usar gestos a expresar verbalmente para comunicarse a los 18 meses y no imita sonidos habituales o tiene dificultad para entender órdenes sencillas. A los dos años, si no es capaz de articular palabras o frases, repite sonidos o palabras, pero no usa el lenguaje con finalidad comunicativa o no es capaz de entender instrucciones sencillas”.

                              Cómo fomentar el desarrollo del lenguaje

                              Es importante saber que los padres y cuidadores del bebé juegan un papel fundamental en ese desarrollo del lenguaje y que pueden estimular mucho esta faceta. Por eso los expertos recomiendan hablar al bebé mediante juegos, actividades, gesticular mucho y hacer sonidos para incentivar el aprendizaje del lenguaje. Mitjavila aconseja:

                              -Habla con él. El simple hecho de hablar con tu bebé le enseña vocabulario nuevo y le anima a imitarte. Habla en voz alta con él mientras realizas las tareas diarias, incluso si lo que tienes que decir te parece una tontería (por ejemplo, «papá está doblando los calcetines azules»). Haz como si contaras un cuento cuando llegues a un sitio nuevo para que aprenda palabras nuevas (por ejemplo, «mira qué flores más bonitas hay en el parque»). También puedes nombrar las partes del cuerpo mientras le cambias el pañal o las prendas con las que le estás vistiendo.

                              Sigue la conversación. Presta atención a los intereses de tu hijo y deja que te guíe cuando decida hablar de algo. Si se queda mirando a un perro y balbucea, conviértelo en un tema de conversación y repite la palabra «perro» mientras señalas al animal.

                              Céntrate en rutinas y repeticiones. Las actividades diarias como la hora del baño, la comida o el cambio de pañales son oportunidades ideales para repetir las mismas conversaciones a diario. Durante estos momentos, comenzará a captar palabras y frases clave y a asociarlas con la actividad.

                              Ajusta la conversación a su nivel. Para que tu bebé desarrolle sus habilidades lingüísticas, usa oraciones cortas, habla lento y dale la oportunidad de repetir lo que dices cuando esté listo. Ayúdale a reconocer objetos y palabras a través del juego (por ejemplo: «Aquí está tu pelota. Vamos a esconderla».). Si señala la pelota, puedes preguntarle «¿quieres la pelota?». Hablar con oraciones completas no solo te ayuda a comprender lo que tu hijo está intentando decir, sino que también le enseña la estructura de las oraciones.

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