La labor solidaria de Lady Di se fue incrementando con el paso de los años, hasta convertirse en una de sus tareas principales. Sus imágenes dando la mano a enfermos de VIH o caminando por un campo minado dieron la vuelta al mundo y ya forman parte de la historia. Un legado que desde hace años su hijo Harry quiere mantener vivo. Y hoy ha tenido una nueva ocasión para demostrarlo.
Durante su gira por África, Harry no ha dejado de recordar a su madre, que también visitó en varias ocasiones el continente. Pero la imagen de hoy es mucho más contundente que cualquier discurso. Harry ha visitado un antiguo campo de minas en la localidad de Huambo (Angola), ataviado con el chaleco y la máscara protectora de la organización The Halo Trust, realizando el mismo recorrido que hizo Diana de Gales en enero de 1997, solo unos meses antes de fallecer en un accidente de tráfico en París. «Si se puede garantizar una prohibición internacional de las minas, significa, mirando hacia el futuro, que el mundo puede ser un lugar más seguro para los nietos de esta generación», dijo Lady Di hace 22 años.
Diana quiso visibilizar la importancia de erradicar las minas antipersona y ese paseo y su reunión con un grupo de niños que habían sido víctimas de ellas marcaron un antes y un después. Ella no pudo ver la trascendencia de aquel viaje, pero a finales de ese mismo año se firmó el Tratado de Ottawa,un tratado internacional de desarme que prohíbe la adquisición, la producción, el almacenamiento y la utilización de minas antipersonales. Aquel campo que visitó Diana en Angola ha pasado de ser un área desolada e inhabitable a una zona con colegios, escuelas y pequeñas empresas.
En un emocionado discurso en Kensington Palace en 2017, cuando se cumplían 20 años de la imagen de Diana en Angola, Harry recordó a su madre de esta manera: «Ella fue una defensora de todos aquellos que más necesitaban su voz, ya fueran hombres marginados por ser enfermos de sida en el este de Londres, los que sufren ostracismo por ser leprosos en India o las jóvenes adolescentes que han perdido su pierna por una mina en Angola».
Hoy, el príncipe Harry también ha querido recordar aquel momento en su cuenta de Instagram, reflejando que «se siente honrado de visitar un lugar y una comunidad que era tan especial para su madre, y reconocer su incansable misión como defensora de todos aquellos que ella sentía que necesitaban más su voz».
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