Belén Canalejo estaba sumida en una vida vertiginosa de esas que no dejan tiempo para nada más cuando el cáncer hizo acto de presencia. Acababa de tener a su cuarto hijo, era una de las influencers más destacadas de las redes sociales y estaba realizando una reforma integral en su casa. El cáncer de mama llamó a su puerta y la enfermedad le hizo bajar revoluciones y conectar consigo misma.
Ella no dudó en hacerlo público y convertirse en ayuda para otras mujeres que estaban viviendo su mismo proceso, aunque reconoce que para sí misma buscó ayuda lejos de las redes. Hoy, seis años después, afirma que el cáncer de mama sí ha cambiado su vida y comparte su experiencia haciendo hincapié en lo importante que es la compasión cuando estamos cerca de alguien que acaba de ser diagnosticado.
¿Cómo vivió el diagnóstico del cáncer de mama?
Con mucha sorpresa, llevaba un tiempo con un bulto pero coincidía que estaba embarazada y pensaba que tenía que ver con eso, se lo comenté a un médico y me dijo que era mejor que hablara con mi ginecólogo, pero que efectivamente las mamas podían estar más hinchadas por estar embarazada. Hay signos de alarma pero cuando estás en tu día a día lo último que piensas es que pueda ser eso. Cinco meses después de dar a luz, decidí ir a mirarme y me dijeron que había algo que no tenía buena pinta. Digamos que fue sorpresa pero llevaba un tiempo con la mosca detrás de la oreja. Hay que poner el énfasis en las campañas de concienciación, y que ante la mínima duda, que se atienda, que siempre nos dejamos en el último lugar cuando somos madres y pensamos que otro momento será nuestro momento, pero el timing de cuándo te miras es crucial. Hay gente que le diagnostican en estadios bueno y no tienen que hacer quimio, el factor tiempo es fundamental.
¿Qué le hubiera gustado saber en aquel momento para haber afrontado mejor la enfermedad?
Tuve a mi alcance todas las herramientas que necesitaba, los hospitales están bien montados, me dieron información para que lo entendiera todo y no eché de menos nada. A mí me ayudó en el proceso intentar cultivar el espíritu, cuando estás en una situación así y ves la muerte de frente, tu vida se tambalea de forma brusca. Todo lo que sea apoyarse en la parte más profunda, en pararse a pensar, ayuda. Yo empecé a meditar, a leer sobre crecimiento personal y bienestar. Esa parte no es lo que te presentan de entrada en una consulta médica, muchos médicos no tienen esa formación, y creo que hay algunas cosas alternativas que, complementadas con la medicina tradicional en la que creo firmemente, ayudan a que el proceso sea más llevadero. Me parece que esa parte es importante. Todo lo que invite a una vida más pausada es bueno.
Cuando estás en una situación así y ves la muerte de frente, tu vida se tambalea de forma brusca
¿Quién se convirtió en su mejor ayuda para vivir el proceso de la enfermedad?
Lo que más me ayudó fue el cariño de la gente que tenía a mi alrededor, el amor fue mi motor. Por un lado tenía a mi familia directa que eran mi marido, mis hijos y mis padres, desde el minuto uno les comuniqué todo, no hubo secretismos, era todo muy abierto, y me arroparon mucho. Y en paralelo el apoyo de toda la comunidad de seguidoras fue inmenso. Cuando la gente habla de las redes sociales todo depende de los ojos con los que se mira y mi comunidad de internet me ha ayudado en muchas cosas, y en concreto a pasar un cáncer. A veces se frivoliza con las redes sociales cuando lo que hay detrás no dejan de ser personas que tienen corazón, detalles, cariño y son tu otra familia. Ese cariño fue fundamental. En paralelo, me pilló reformando mi casa y era algo más ‘frivolo’ que me entretenía… no estuve tirada sin saber qué hacer, me ayudó la acción. Yo soy una persona de acción y aunque mi enfermedad me ha enseñado a bajar las revoluciones, sé que la acción para mí es buena.
¿Tuvo claro desde el principio que quería contar su enfermedad en redes sociales?
No tuve dudas, y tampoco te sé explicar por qué, pero cuando tuve el diagnóstico estuve unos días fuera de las redes. Por aquel entonces publicaba mucho y ya con un día de ausencia la gente se empezó a alarmar. A los tres días ya todo el mundo sabía que había un problema, y vi claro que tenía que coger esta circunstancia como una oportunidad para comunicar lo que estaba viviendo con el fin de que pudiera ayudar a otras personas. Yo sentí que tenía esa misión, y mucha gente me escribió y aún hoy me pide consejo. Sentí que era mi responsabilidad y siempre haciéndolo cuando me sentía bien, sin forzar, porque lo importante era recuperarme.
¿Le ayudaron las redes sociales a afrontar mejor la enfermedad o a encontrar ayuda?
La verdad es que no, buscar información o conectar con personas en mi situación lo hice en la sala de espera del hospital, no busqué una comunidad en internet, no es lo que me llamaba. Fui a la Asociación Española Contra el Cáncer en busca de ayuda psicológica, sobre todo al final de la enfermedad. Entonces fue cuando me vine abajo, me sentía sin fuerzas. Durante el proceso estuve con fuerzas y bien, y esa es la vía que busqué.
En aquel momento, ¿pensó que son pocas las mujeres que hablan abiertamente de la enfermedad, que el cáncer de mama sigue siendo un estigma?
Yo no tuve esa sensación, lo he escuchado mucho, gente que dice que hay que contar y no tener miedo. Yo lo contaba sin problema y no encontraba gente que no hablara de ello. Respecto a otras mujeres que deciden no contarlo me parece una opción fantástica, no todas tenemos que contar lo que nos pasa ni lo que sufrimos para que esto sea lo normal y lo natural. La corriente de que hay que contarlo todo a ratos no me convence. Cada uno se puede guardar cosas para uno mismo y para su intimidad y eso no significa que no sean naturales ni nada por el estilo. Me parece respetable y están en su derecho aquellos que quieren llevarlo de puertas para adentro. Creo que depende de cada persona y cada momento vital, yo he pasado otras crisis en mi vida y no lo he compartido en redes porque en ese momento no quería. Uno decide en cada momento qué cuenta y cómo.
Yo contaba lo que me pasaba pero hay mujeres que deciden no contarlo y me parece fantástico
Han pasado 6 años desde que fue diagnosticada, ¿cómo se encuentra actualmente?
Me encuentro muy bien, sigo en tratamiento, hace medio año me quitaron las inyecciones, y sigo con las pastillas, tengo las consecuencias propias de la medicación. Te afecta, pero en conjunto el bienestar que sientes, aunque tengas momentos con efectos, es superior. Me encuentro bien física y psicológicamente. Para mí el cáncer fue una lección de vida, aprendí muchas cosas, me convertí en una persona más fuerte, empática, aprendí a vivir más despacio y disfrutar de la vida mucho más. Yo ya era una persona muy feliz antes del cáncer, pero hubo como un upgrade, una mejora en ciertas cosas.
¿Qué mensaje mandaría a aquellas mujeres que han sido diagnosticadas o están cerca de alguien que padece la enfermedad?
La gente que te acompaña es fundamental y todos reaccionamos por instinto de una forma que no es la que necesita el enfermo. Lo primero que te dicen es que tranquila, que vas a salir… y necesitas todo menos eso. Estás hundida, hecha polvo, con un miedo terrible, y buscas compasión, alguien que te diga que qué putada, es una faena gorda, el tratamiento es duro, vas a estar fuera de juego… y luego tú te haces fuerte, pero lo primero es que te comprendan, no que le quiten importancia al problema. La gente lo hace con la mejor de las intenciones, pero no es lo mejor. Lo he hablado con otras enfermas, y lo que necesitas es que te entiendan, y ese cariño te va a dar la fuerza para salir adelante. Ese amor y comprensión te hacen sentirte segura y llena para afrontarlo.
¿Cree que es importante que haya un día dedicado a hablar de esta enfermedad?
Sí, me parece importante, gracias a la información que se bombardea esos días muchas mujeres se mueven, se hacen la mamografía. Creo que está bien este reminder, que nos acordemos de las revisiones. Y la recaudación es importante para la investigación, es algo positivo.
El cáncer fue una lección de vida, me convertí en una persona más fuerte y empática
Desde hace un año vive en Los Ángeles, ¿cuáles son ahora sus proyectos más importantes?
A nivel profesional estoy muy enfocada en mi tienda de Balamoda con productos de papelería, en hacer crecer la empresa con nuevos productos y abrir nuevos mercados. Y luego tengo la ilusión de entrar poco a poco en el mundo del diseño de interiores. Estar en Estados Unidos también me ilusiona, el proyecto de ver a mis hijos vivir esta experiencia, los planes que hacemos nosotros y en el colegio, ver que disfrutan de una forma distinta de hacer las cosas, me tiene contenta.
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