La instalación de la iglesia de San Lorenzo, en Venecia

La instalación de la iglesia de San Lorenzo, en Venecia

Pocos escenarios pueden resultar tan idílicos para emplazar una instalación artística que la iglesia de San Lorenzo de Venecia. En este enclave de ensueño, bañado por la historia y el legado cultural que impregna a toda la ciudad italiana, se acaba de presentar, como encargo de TBA21–Academy y Audemars Piguet Contemporary, Lunar Ensemble for Uprising Seas, un espectacular despliegue de obras de los artistas Petrit Halija y Álvaro Urbano que hace soñar a todo el que la visite.

En este paraje, el dúo de artistas (asentados ambos en Berlín) ha dado vida a un cautivador ecosistema, un mundo de esculturas que encarnan criaturas imaginarias de dimensiones monumentales. Bajo la cuidadosa curaduría de Barbara Casavecchia, esta exposición resalta la misión paralela de ambos programas: respaldar la investigación y producción artística para fomentar el diálogo y el pensamiento imaginativo del público.

En Lunar Ensemble for Uprising Seas, encontramos más de 30 esculturas de criaturas híbridas, que combinan elementos acuáticos, terrestres y aéreos. Como foco principal, un huevo lunar, cuya materialidad se asemeja a los antiguos muros de una iglesia, preside este asombroso paisaje escultural. Revestido con un material que emula la piedra caliza de los antiguos muros del edificio, refleja la persistencia del espacio, simbolizando cómo todo puede ser reutilizado y transformado como parte de la naturaleza cíclica del mundo.

Aún hay más, porque como podía ser de esperar teniendo en cuenta esta colaboración entre ambos artistas, esta instalación presenta otra sorpresa. Lunar Ensemble for Uprising Seas encuentra inspiración en la popular canción española Ay mi pescadito, que narra la historia de una escuela submarina donde los peces estudian formas de supervivencia y pertenencia. Bajo este hilo conductor los artistas exploran la cohesión, la resistencia y la falta de armonía entre especies, así como entre seres vivos y objetos explorando distintos terrenos: el agua, la tierra o el cielo. Además, estas esculturas, a su vez, se transforman en instrumentos musicales mediante cajas de música y técnicas artesanales. Sin embargo, su vida y sonido cobran vida a través de la interacción humana.

La exhibición se inauguró el pasado 22 de abril y estará abierta al público hasta el 5 de noviembre de 2023. Durante la misma, un grupo de músicos y actores activan la instalación en distintos momentos del día y con diferentes duraciones. Como responsables del proyecto y, como partícipes del mismo, Halilaj y Urbano, enfundados en trajes de gaviotas, también dan la bienvenida a los visitantes, añadiendo un toque lúdico y sorprendente a la muestra.




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