La triste realidad de las tiaras que llevó Audrey Hepburn en su película más famosa

La triste realidad de las tiaras que llevó Audrey Hepburn en su película más famosa

El número 727 de la Quinta Avenida se ha convertido en un lugar de peregrinación para quienes desean revivir –en piel propia– un pedazo de la historia del cine. Esta localización de Tiffany & Co en Nueva Yok –no se confundan, pues hay dos tiendas de la firma en la misma avenida– se ha convertido en un hotspot para los fans del celuloide y, en concreto, de Desayuno con diamantes (Breakfast at Tiffany’s en su original). Un plan que incluso se ha comercializado en las calles de la ciudad a modo de recorrido para los turistas y que Tiffany ha sabido aprovechar. ¿Cómo? Abriendo una cafetería, The Blue Box Cafe para que los visitantes puedan tomarse un café y un bollo danés como hizo su ídolo hace casi 60 años.

Lo que muchos amantes de la película desconocen es que lo único que llevaba el sello de la prestigiosa joyería en el largometraje era la propia joyería. Ninguna de las joyas que llevaba la actriz durante el film era verdadera. Si bien es cierto que la firma autorizó el rodaje tanto en el exterior de la tienda (la mítica escena de opening) como en el interior (abrieron un sólo un domingo para la escena en la que Holly Golightly (Audrey Hepburn) y Paul Varjack (George Peppard) buscan la joya perfecta), se negaron a prestar las piezas.

La solución del equipo de arte y de la dirección fue sustituirlas por otras no tan valiosas. Sería Corocraft, famosa por ser la firma de bisutería más grande del mundo, la encargada de replicar estas majestuosas piezas. Desde la pequeña tiara y el collar de perlas de triple vuelta que el personaje Holly lucía con el vestido de Givenchy, hasta la tiara rosa que viste durante la fiesta.

Durante la promoción de la película, tanto en las sesiones fotográficas como para los eventos y alfombras rojas, la actriz sí luciría las tiaras, collares, pendientes y pulseras de Tiffany & Co. Posteriormente, todas ellas quedarían expuestas en la tienda neoyorquina, principalmente, como reclamo publicitario.

A principios de este año, durante la gala de los Óscar, la cantante y actriz Lady Gaga harían un tributo al personaje de Holly con su look en la alfombra roja. Enfundada en un precioso vestido negro de Alexander McQueen, Gaga lució el diamante amarillo de Tiffany& Co que Hepburn llevó en las fotografías promocionales de la película. Este sí era original y estaba valorado por la casa en 5 millones de dólares. Incluso, ésta intentó ponerlo a la venta en 1972 a través del diario The New York Times pero nadie se atrevió a comprarlo.

La tiara que sí saldría a la venta ha sido la segunda más famosa de la artista. Huérfana de nombre, apareció en películas como Historia de una monja (1959) y, Dos en la carretera (1967). Hepburn la lució también en los estrenos de ambos largometrajes. Primero, en la parte trasera de su cabeza y después medio escondida en su peinado. Fue vendida por 43.750 dólares en una subasta de Christies y, como las de Desayuno con diamantes, no tenía ni una sola piedra.

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