Octavi Pujades publica su primer libro: 'No viene a cuento'

Octavi Pujades publica su primer libro: 'No viene a cuento'

Octavi Pujades saboreó por primera vez el éxito a principios de los 2000, cuando interpretó el papel de Jaime en la serie más popular entre los jóvenes de la televisión española: Al salir de clase. Aunque se había licenciado en Medicina, el mundo de la interpretación siempre le había llamado la atención y su primera oportunidad en televisión no pudo salirle mejor. Después vinieron otros títulos como Lalola, Amar es para siempre o Centro médico, pero fue el confinamiento el que le convirtió en uno de los actores españoles más populares de Instagram.

Su peculiar forma de narrar su vida, su relación como cuidador de su padre y el día a día con su familia, lejos del postureo que inunda la red, le permitieron crear una comunidad de seguidores que ha sido el germen de su nueva aventura profesional: la escritura de su primer libro. En No viene a cuento, Pujades versiona cuentos clásicos y contemporáneos con su habitual sensibilidad y humor. Hablamos con él sobre esta nueva faceta que ya le ha regalado muchas satisfacciones.

¿Qué siente al ver su primer libro publicado?

Se siente un poco de vértigo, porque así como el trabajo de actor es un trabajo de mucha gente en el que tú solo eres una pequeña parte del engranaje, la escritura es un acto personal en el que tú prácticamente llevas la voz cantante en todo. Hacerlo es muy gratificante, pero cuando sale, toda la responsabilidad es tuya y da un poco de respeto. Pero es muy chulo, la verdad.

¿Cómo surgió la idea de publicar este libro?

Me lo propuso la editorial Planeta. A raíz de la repercusión y el crecimiento en redes que tuve contando mi día a día con con humor, ternura y cariño, sobre todo con mi padre, durante el confinamiento. Les pareció que ahí había una buena historia que podía interesar a la gente, me lo propusieron, y una vez hecha la propuesta me puse manos a la obra. Tardé en encontrar la fórmula pero ahí empezó de todo.

Más de 300k seguidores en Instagram fans de su manera natural y llena de humor de enseñar tu vida, ¿Pensó que Instagram sería la puerta a cosas como escribir un libro?

Fue algo natural, llevaba tiempo en redes porque creo que son importantes para los que tenemos un trabajo de cara al público. Yo ya era constante en redes pero es verdad que la repercusión y el crecimiento que tuve en el confinamiento fue importante. En esos momentos de limitaciones y privaciones casi era una necesidad vital poder expresar de una forma más o menos artística y humorística mi día a día para de alguna forma romper esas barreas que nos habían impuesto. No pensé que pudiera llevar a cosas a más largo plazo como esto.

¿Cuál es tu relación con las redes sociales?

Hay un poco de todo. Es una herramienta imprescindible y necesaria para mi profesión. Es gratificante gestionarlas porque cuando trabajas como actor en última instancia estás diciendo el texto de otro, dirigido por otro… es un trabajo creativo pero no controlas todo el proceso. En cambio, cuando subes un post o un vídeo tú te lo guisas y te lo comes, es gratificante poder dar rienda suelta a lo que quieres decir sin ningún tipo de cortapisas más allá de las que marca la censura en las redes. Pero es verdad que quitan tiempo, tienen tendencia a obsesionar y lo más peligroso es que por desgracia han contribuido a la polarización y la desinformación en la que nos vemos sumidos ahora y que está creando muchos problemas. El funcionamiento de las redes buscando gustar y enganchar, transmitiéndote solo la información de personas que piensan en tu línea, está provocando que cada vez tengamos más refuerzos para asentar nuestras opiniones como verdades absolutas y nos están quitando mucha tolerancia respecto a otras formas de pensar, y esto es muy peligroso.

¿Por qué decidiste versionar cuentos clásicos?

He escrito bastante durante mi vida, he leído mucho, pero escribir un libro requiere de una estructura que va mucho más allá de un post de Instagram. Hace falta un esquema mental para llenar una serie de páginas y es más complejo de lo que estaba acostumbrado. Tener un referente me dio seguridad y un anclaje para iniciar la escritura y no ir dando palos de ciego. Después me pareció muy enriquecedor jugar con cosas que ya estaban hechas y darles un enfoque completamente distinto. Además siempre me ha hecho gracia el humor absurdo de las asincronías, poder contar cosas actuales y meter elementos completamente ajenos al contexto clásico y casi medieval de los cuentos que todos conocemos. Ese tono de parodia que tiene el libro me pareció estimulante a la hora de ponerme a escribir.

¿Cuál es tu favorito de todos los que has escrito?

Pues no sabría decirte, a todos les tengo cariño, quizás el de Caperucita porque es el segundo –el primero es solo una presentación de personajes– y se inicia un poco con el código de la novela negra, habla de un lobo caído en desgracia que aunque pueda parecer lejano a mi realidad lo que cuenta es muy real y es un proceso que yo he vivido, así que le tengo bastante cariño.

El sentido del humor está muy presente en sus cuentos, ¿diría que ese sentido del humor es el que le salva o guía en su día a día?

Yo creo que el humor es una herramienta imprescindible en la vida. Es muy gratificante y saludable utilizarlo cuando las cosas van bien pero es una tabla de salvación cuando las cosas no son así, el humor tiene esta función de poner en evidencia que la seriedad con la que nos tomamos nuestras cosas y nuestras opiniones igual no tiene razón de ser. El humor y el escepticismo es una actitud muy sana para encarar cualquier cosa.

Como escritor novel, ¿cuál es el mayor reto al que se ha enfrentado?

Empezar a escribir. Yo creo que el terror a la página en blanco es el mayor miedo, aunque cuando empiezas y si das con la tecla de qué quieres contar, al final la historia se escribe sola. El miedo a la página en blanco es el principal lastre para ponerse a escribir.

¿Se ha quedado con ganas de seguir escribiendo y publicar nuevos libros?

Para mí ha sido una experiencia enriquecedora y divertida y desde luego que me encantaría. Quita mucho tiempo pero es una maravilla poder escribir y contar tus cosas desde tu punto de vista sin las cortapisas de otros formatos. Si pudiera dedicarme a esto a tiempo completo lo haría sin duda, porque me resulta muy gratificante.

Como lector, ¿qué podemos encontrar en su mesilla de noche?

Te diría que he sido un niño fantasioso y he leído mucha ciencia ficción. Es un género que aunque pueda ser infravalorado en ciertos sectores es muy estimulante porque parte de los planteamientos de inicio son radicalmente opuestos a otros géneros. Y a veces descontextualizando lo que quieres contar, como he hecho en estos cuentos, y llevándolo a un escenario alejado te da esa perspectiva y esa distancia para ir mucho más a la raíz del asunto, al núcleo, sin las limitaciones de unos géneros más realistas.

¿Qué proyectos le ocuparán los próximos meses?

Ahora mismo la promoción del libro. Luego comienzo los ensayos de microteatro para una función en Madrid, es un formato que me encanta, y después vuelta a los ensayos de El Guardaespaldas para reiniciar la gira.




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