¿Existe algún regalo mejor que un viaje o una cena de alto nivel? Ahora que las celebraciones navideñas ya han dado su pistoletazo de salida, y en un contexto en el que ansiábamos disfrutarlas sin apenas restricciones, escoger un plan diferente en estas fechas se impone como una de las opciones preferidas. Pasarlas en casa rodeados de familia o de amigos está bien, pero mejor lo está todavía darse el homenaje y crear un recuerdo inolvidable que ponga el broche final al año de manera exclusiva. Y hacerlo es posible gracias a ofertas como la del madrileño hotel Orfila, situado en el barrio de Chamberí.
El hotel Orfila es uno de esos edificios dignos de admirar tanto por fuera como, sobre todo, por dentro. Nació siendo un palacio en 1886 en el que vivía una familia aristocrática. Después, fue restaurado y, en el 2001 se convirtió en, nada menos, que el primer hotel de Madrid en pertenecer a la exclusiva asociación francesa de hoteles y restaurantes Relais & Châteaux. Nada que sorprenda al conocerlo: pasear por sus pasillos es como visitar un museo en el que los azulejos se dan cita con muebles de época, mármol y efectos de trampantojo. Una cita ideal de historia, cultura y, sobre todo, de placer. Porque el Orfilia es, precisamente, un placer para todos los sentidos.
El del gusto, precisamente, se ve satisfecho en su gastronomía de altura, destinada al Jardín de Orfilia y a cargo del chef ejecutivo Mario Sandoval, que cuenta con nada menos que dos estrellas Michelin. Entre sus platos: ingredientes frescos y locales que trasladan a todo comensal a los sabores tradicionales de toda la vida, reinterpretados en la cocina más vanguardista. Una fusión que ahora, además, puede regalarse o disfrutarse como capricho navideño gracias a la excusa perfecta: sus menús de Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo. Se trata de dos cenas y dos brunchs entre los que, además, se encuentra también propuestas especiales para los más pequeños y todo el que tenga alguna intolerancia a determinados alimentos.
El 24 de diciembre, todos los que deseen hacer una escapada o disfrutar de una noche diferente en la capital degustarán de delicias gastronómicas como el parfois de foie al armañac con cereza Amarena, coulant de boletus con yema de hueva y trufa melanosporum carpaccio de gamba. Como platos fuertes, el rodaballo al horno con pimientos de cristal, tomate rosa y ajo; y capón con orejones y pasas. Una gran propuesta que termina de completarse con dulces navideños y una rica tarta de avellanas y chocolate y, por supuesto, con el maridaje perfecto de su bodega: Moët & Chandon Brut Imperial, vino blanco maior de Mendoza D.O. Rias Baixas, vino tinto proelio reserva D.O y vino Rioja dulce PX Alvear 1927.
Al día siguiente, para amanecer en condiciones y disfrutar de la Navidad, el Orfilia propone un brunch especial con una lujosa bienvenida (de champagne y ostras), buffet, crema caliente, huevos, plato principal, postre y diferentes bebidas. En su carta hay platos irresistibles: jamón ibérico de bellota, bagel de salmón ahumado y queso en crema, huevos benedictine, solomillo Wellington, arroz caldoso o lubina al pil pil de aji amarillo y, por supuesto, postres como el lemon cake o un surtido de bollería.
Queda claro que este hotel se empeña en acercarnos el hedonismo y reserva, para su noche del 31 de diciembre, otra de sus apuestas más aplaudidas. En el menú, esta vez, se compone de parfois de boletus y trufa melanosporum, ensalada de bogavante con gelee de su esencia y cangrejo real con salsa americana. Como platos principales hacen su entrada triunfal la lubina salvajec on pilpil y gamba de cristal y el solomillo Wellington de corzo, demiglace de su jugo y frutos rojos. Para despedir el 2022, además, un postre festivo que no deja a nadie indiferente: el merengue de pino, helado de piñones, crema de chocolate blanco y espuma de leche. Una decisión acertada para cerrar una etapa y dar la bienvenida a otra nueva.
De hecho, pocas cosas pueden hacer que nos despertemos en Año Nuevo con energía tras una noche de comida y celebraciones, excepto el otro brunch que Orfilia ofrece el día uno. Una vez más, la cocina del hotel vuelve a sorprender y prepara para este día una propuesta parecida a la de Navidad: ensalada de bogavante con vinagreta de chalota y fresa, crema de marisco, huevos, arroz meloso de setas y trufa, tartar de bogavante y postres como tarta red velvet o de chocolate. Todo ello acompañado de una exquisita selección de bebidas que alterna desde zumos hasta Moet & Chandon Brut Imperial o Vino tinto Selva nevada D.O. Rioja.
Alojarse en este hotel es sinónimo de lujo y placer. Un verdadero disfrute en el que merece la pena invertir, más aún, en estas fechas. Porque el Orfila se ha encargado de preparar todo al detalle para que estas navidades sean una de las más especiales y recordadas de tu vida.
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