A Valentina Zenere (Buenos Aires, 1997) sus 25 años le han cundido bastante más que al resto de los mortales. Comenzó en el mundo de la interpretación siendo una niña y, sorteando la maldición que persigue a muchas chicas Disney, en los últimos tiempos ha vivido un meteórico ascenso en su proyección profesional: de formar parte del elenco de Las chicas del cable a lograr un papel en la quinta temporada de Élite. Ahora explora su faceta musical lanzando su primer sencillo en solitario, Cero Coma, un hit entre lo latino y lo urbano con muchas papeletas para dejarse cantar en las discotecas veraniegas y bailarse mucho en TikTok. «Siento que tengo muchos más años al haber empezado tan chica. Y, aunque pueda parecer que he hecho muchas cosas, siento que tengo que hacer mucho más. Me exijo muchísimo a mí misma», asegura durante nuestro encuentro en un céntrico hotel de Madrid.
La argentina se mudó a la capital con el objetivo de perseguir su gran sueño: ganar un Oscar. «Hollywood está un poco más cerca desde Madrid», opina. En el camino, Zenere, que ya tenía tablas en esto de cantar y bailar, planea compaginar agendas sin miedo a eso que dicen de que quien mucho abarca poco aprieta. «No tiene por qué. Soy muy workaholic y no me preocupa echarle más horas o sacrificar mi tiempo para poder hacer las dos cosas». La misma determinación con la que afronta el resto de la entrevista, una charla en la que dispara unas respuestas que, dada su dilatada trayectoria, parece tener muy interiorizadas.
¿Crees que venir de la interpretación y de una serie con un fenómeno fan tan potente como Élite complica que se te tome en serio musicalmente?
Puede ser, pero, aunque este es mi primer trabajo como solista, no es lo primero que hago como cantante. Ya he hecho giras y por eso me he animado a hacerlo, nunca me mandaría hacer algo para lo que no me sintiese preparada. Tengo mucha gente que cree en mí, así que me dije: «Creed también en vos», algo que con mi exigencia a veces es complicado.
La letra de Cero Coma es bastante cañera y feminista. ¿Crees que más allá de las letras existe un cambio real del rol de la mujer en una industria tradicionalmente dominada por hombres?
A las mujeres nos cuesta más pero no solo en esta industria, sino en cualquiera. A medida que va pasando el tiempo vamos despertándonos, pero siento que nosotros, los jóvenes, vamos de líderes de un cambio al que a veces no contribuimos. Somos los primeros que estamos haciendo mierda a una mujer en los comentarios de Instagram o de Twitter y en algunas cosas parecemos más antiguos que nuestros propios padres. Si somos tan abanderados del cambio, tenemos que empezar por casa.
En el videoclip luces una estética muy sexy, un poco cabaretera. ¿Cómo te llevas con el estereotipo de bomba latina?
Aunque no lo parezca, me cuesta bastante hacerme la sexy o sentirme cómoda conmigo misma. Lo del cabaret surgió porque la que habla en la canción no es una sola mujer, somos muchas. Y unido al terciopelo y al rojo, que me gustaban estéticamente, nos sugirió hablar de un grupo de mujeres que trabajan juntas en un bar y se unen contra un hombre. Me emocionan mucho las mujeres unidas, es una fuerza muy poderosa.
Dices que te cuesta sentirte cómoda contigo misma. ¿Te juzgas mucho cuando te ves en pantalla?
Muchísimo. Soy una persona con varias inseguridades. Estoy trabajando para aceptar que no hace falta ser de una manera concreta para mostrarte sexy. Pero es difícil cuando trabajas en esto porque te sacan fotos, te graban vídeos y, sin querer, piensas en que tienes un evento y te quieres cuidar o te empeñas en hacer dieta para que ninguna foto te incomode. Estoy aprendiendo que, si el día anterior a una premiere me apetece comerme una pizza, no pasa nada.
Mucha gente cuestionará esos complejos por el físico canónico que tienes.
Sí, siento que no me entienden. Una vez le dije a una amiga: «Boluda, o todo el mundo me ve de una manera rara o yo soy idiota». Y me dijo: «¿No te parece que si todo el mundo te dice lo mismo igual la que está mal sos vos?» Recién ahora estoy hablando más de mis inseguridades y me gusta mostrarlas porque mucha gente puede ver la foto que subo a Instagram con la tripa al aire haciéndome la linda y no imagina lo que me costó mentalmente ponerme esa prenda.
¿Sientes la responsabilidad de ser ejemplo para tus seguidores?
No me siento ejemplo de nada porque cada uno tiene su camino, pero quizá si siento responsabilidad. La gente piensa que está muy cerca de una persona porque la sigue en Instagram, pero no lo estamos para nada. No me van a conocer por seguirme en redes, pero sí puedo mostrar el otro lado de las fotos que subo.
Precisamente en Instagram luces siempre las últimas tendencias. ¿Qué porcentaje le concedes a la imagen en el éxito de un artista?
Me encanta la moda y creo que la imagen importa bastante, aunque no lo admitamos. No porque estés increíble te va a ir espectacular, pero ayuda. Yo por ejemplo admiro y sigo a Hailey Bieber porque me encanta como viste, más allá de su trabajo como modelo.
Desde pequeña has trabajado como actriz. ¿Qué has hecho bien para no acabar convertida en un juguete roto?
Cuando llego a casa después del trabajo sigo bajando a pasear al perro en pijama y sigo recogiendo su caca. Y no es que lo haga de una forma consciente para no perder esa normalidad, no, lo hago porque para mí ser actriz es un trabajo como puede ser ir a la oficina y luego mi vida sigue. También ayuda que mis mejores amigos no son del medio. Nunca he sido pareja de un actor y no sé si podría porque me gusta llegar a casa y no estar hablando todo el rato de lo mismo.
¿Echas de menos haber disfrutado de una infancia o una adolescencia normales?
Un poco sí, aunque siempre intenté hacer lo que hacían mis amigas. Me acuerdo de que terminaba de rodar un viernes, salía con mis amigas y me quedaba dormida en el trayecto a la discoteca. O a las tres de la mañana me iba al auto a descansar y las esperaba allí. Me he perdido cosas, pero mi vida es de esta manera y ya está.
Y ahora, ¿hay algo que la fama te haya quitado o que te impida hacer?
Cuando me preguntan por la fama me siento ajena a eso. Nunca he dejado de ir a un lugar porque me viera la gente, soy cero así. Tampoco he dicho que solo voy a una discoteca si tengo un reservado. La verdad es que no me siento una persona famosa.
¿Se puede ser ajena a la fama con casi 10 millones de seguidores en Instagram?
Nunca me pongo a pensar en el número de seguidores. A veces son mis amigos los que me dicen: «Boluda, no subas esa foto que salgo fatal y la va a ver un montón de gente». Tampoco creo que los 10 millones estén pendientes de mí. Si saco una peli, ¿crees que van a venir los 10 millones a verla? Ni en pedo, con suerte vienen 3.
¿Crees que tener tantos seguidores es positivo o contraproducente? Puede ayudar a conseguir papeles, pero quizá una parte de la industria mira por encima a los actores salidos de plataformas con ese fenómeno fan.
A mí no me ha pasado que me cojan por mi número de seguidores, sino hubiera tenido muchos más papeles (risas). Hay que demostrar el talento trabajando, pero sin duda Instagram es un medio de comunicación muy importante.
Si tuvieras que elegir entre ganar un Oscar o un Grammy, ¿con cuál te quedas?
Con el Oscar. Es el sueño que tengo desde que soy pequeña.
He leído que incluso ensayas tu discurso de aceptación en la ducha. ¿De qué persona te acuerdas primero en los agradecimientos?
Hace mucho que no lo ensayo, debería volver a hacerlo. Lo hacía porque me lo dijo un productor. Siempre empezaba agradeciendo a mi familia y a Luisa Poppe, que es mi coach desde que tenía seis años y no haría nada sin ella. Es mi segunda madre.
Tu vida personal genera mucho interés y acaparas titulares y búsquedas por tu relación de pareja. ¿Por qué piensas que interesa tanto?
Porque es divertido, yo lo entiendo. Yo veo una foto de Hailey y Justin [Bieber] yendo a por un café bien vestidos y me gusta verla. Nunca me lo tomé desde un lugar malo, pero quizá también porque nunca me han hecho algo que me moleste o me agobie ni he tenido novios actores o deportistas.
Tu admirada Meryl Streep asegura que lo que más importa es lo que nos dice la voz latente que todos tenemos dentro. ¿Qué te dice la tuya?
Ayer volví a casa después de hacer entrevistas y le dije a mi novio: «Estoy contenta». Cuando he hecho música anteriormente me ha tocado hacer las cosas bajo las reglas de otra persona. A veces me gustaban las canciones o los videoclips y otras no tanto. Pero esto es todo mío. Me doy cuenta de que trabajar me realiza un huevo como persona y me hace volver a lo que me ha gustado desde que era pequeña y obligaba a mis primos a hacer obras de teatro. Eso es lo que me dice mi voz interior: que siga para adelante con todo esto.
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