Yo no sé a vosotras, pero a mí este verano se me está haciendo eterno. A los dos días de haber regresado ya no me acordaba de las vacaciones.
Qué difícil es desconectar cuando te vas, que a veces tardas una semana en relajarte del todo, y lo fácil que es engancharte a la vorágine de nuevo.
Anda mi chiquillo triste, porque ya mismo empieza el cole. Que se le ha hecho corto el verano, dice. Ay, quien pillara dos meses largos de no hacer na. Qué tiempos felices los veranos de la niñez. Pena de hacerse mayor. Puta bida tete.
Necesito volver a la rutina de una semana madre y otra libre, porque me permite respirar y tener tiempo de no hacer nada si no me apetece. Y también lo necesito porque sé que al menos veo a Amante los fines de semana.
Necesito a Amante para calmar a la fiera. Es el único que consigue desconectarme. Cinco semanas sin sexo son muchas para mí. Me amustio y me pongo de mala leche. Estoy que me subo por las paredes.
Pero ya queda menos…
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