El pasado 18 de octubre, entre todos los asistentes a los premios Princesa de Asturias, llamaba la atención el delicado traje de Isabel Torres, mujer de Pablo Casado. Un vestido en rosa palo adornado con plumas que le sentaba como un guante. Resultó ser un diseño Elisa Bracci, una de las modistas con una trayectoria tan variada como apasionante.
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Elisa Bracci se formó en Bellas Artes y durante los años ochenta compaginó su trabajo de escultora y decoradora con el nacimiento de su firma de ropa. En esta década se consagró como una de las diseñadoras favoritas de la Movida Madrileña vistiendo en varias ocasiones a Carmen Maura o Victoria Abril.
En los años 90 se mudó a París donde continuó diseñando aunque fue en el 2000 cuando regresa a Madrid y se instala en el que es hoy su taller de ‘Nouvelle Couture’, situado en la calle Claudio Coello de Madrid. Presume de hacer a las mujeres “más elegantes y estilizadas con su propia medida”. Es "caprichosa y perfeccionista" y solo trabaja bajo encargo. En su atelier, al que llama The Black Gallery, tiene la exposición de sus colecciones donde elegir estilo y color. De ahí, la modista empieza a trabajar sobre los gustos y el cuerpo de la clienta.
Así fue como ocurrió con Isabel Torres, “el vestido que llevó en los Premios Princesa de Asturias fue una elección dentro de la tendencia que hay ahora con las plumas y que nos hizo coincidir con la reina”, nos cuenta Elisa Bracci vía e-mail. Añade que la mujer de Pablo Casado “es una mujer moderna que tiene clarísimo su estilo y podría haber elegido cualquier vestido de la colección porque todos iban con su personalidad. Es elegante, natural y destacaría lo simpática y sencilla que resulta en el tú a tú”.
Elisa Bracci asegura además que durante toda su trayectoria ha vestido a todas esas mujeres que le han parecido especiales. Además de Carmen Maura o Victoria Abril también vistió a María Valverde el año en el que recogió su primer Goya. También a Esther García, Premio Nacional de Cinematografía, la eligió para vestirla en un día tan especial. “Todas ellas son mujeres profesionales y de todas partes del mundo. Tienen un carácter parecido, son alegres, seguras y fuertes y no les gusta disfrazarse.Ese es el perfil que me gusta para una mujer Bracci”, apunta.
Asegura que lo que más le gusta como diseñadora es dar seguridad a las mujeres que viste, “destacar lo mejor que veo en cada una de ellas con el color y con la forma”. Y según nos confiesa, su secreto es que continúa haciendo escultura. Una disciplina artística que, a la vista está, aplica a sus diseños.
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