Laia Alentorn pertenece a la cuarta generación de una familia que se dedica a la producción textil. Su bisabuelo por parte de padre empezó con una fábrica de punto que con el tiempo se convirtió en una gran retailer y proveedor español de grandes empresas textiles. Su abuelo visitaba frecuentemente el famoso Mercado de Las Pulgas de París y coleccionaba antigüedades de todo tipo. Entre ellas, destacan las exquisitas telas que visten algunas de sus creaciones. “Todo empezó en 2018, cuando descubrí que este bolso tipo limosnera estaba empezando a ponerse de moda y decidí hacer unos cuantos para mí, en el taller de mi fábrica”, así nos cuenta la empresaria que fue como surgió la idea de su marca, Laia Alen.
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Laia emplea la mayor parte de su tiempo en la fábrica de su familia: “Cuando creces en una empresa familiar tienes muy presente que tienes que seguir el legado. Primero conseguí un poco de experiencia fuera, pero después me fui a trabajar con mi padre. Ahora llevo cuatro años trabajando aquí”. El resto, se lo deja a sus bolsitos. “Siempre había querido hacer algo para mí, me hice unas cuantas limosneras porque me apetecía llevarlas y entonces mis amigas empezaron a hacerme pedidos. Tuve la suerte que algunos medios hicieron un par de menciones, vi que generaba interés y me lo tomé más en serio". Nos explica que hizo un poco de producción, empezó a venderlo y los movió por Instagram. "Pero la intención siempre fue hacerlos para mí y mis amigas”.
Pero lo que surgió como una casualidad entre amigas y una oculta pasión por la moda se ha convertido en un fenómeno de Instagram que conquista a todo el que la encuentra. Se inspiró en las limosneras porque fue una visionaria, supo dar en el clavo con la gran tendencia en la que se ha convertido este tipo de accesorio y lo bautizó de la mejor forma posible. Así nacieron sus bolsitos de plumas, lentejuelas y mucho colorido en accesorios que pueden alegrar el estilismo más aburrido.
La última en darse cuenta, Inés de Cominges. La experta en moda se fijó en Laia Alen tras encontrarla de casualidad por Instagram y empezaron a intercambiar mensajes. “Ella siempre me ponía like y me había comentado por privado alguna vez que le gustaban. Por lo visto, en una fiesta una estilista le dejó uno y le gustó, por eso cuando se casó decidí mandarle un ejemplar”. Inés tiene el modelo Bernatta en lima y ella misma ha confesado en sus redes “¡No me lo quito!”. También ha demostrado la efectividad de un modelo perfecto para la noche, en varios looks de diario articulados en blanco o en negro. “Enamorada de mi @LaiaAlen”, titulaba una de sus publicaciones. Cuando alguien tan versado en la materia dice que algo es bueno, hay que hacerle caso.
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La creadora se confiesa sobre lo que siente cuando ve a una socialité como Inés luciendo orgullosa sus creaciones. “Me gusta la gente que se arregla un poco y huye de lo comercial, por eso me encanta el perfil de Inés. Adoro que este tipo de personas se pongan mis bolsos, son chicas estilosas que saben lo que quieren”.Algo que complementa lo que siente gracias al feedback del resto de la gente: “Me halaga mucho ver que gente normal me etiqueta en sus bodas y se lo pone, eso es lo mejor”. Entre sus confesiones, destaca su predilección por otra socialité: “Mi sueño sería que una Lauren Santo Domingo se lo pusiera”.
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Incluso otras marcas se han empezado a fijar en ella. "Colaboramos con Alianto en el desfile de spring-summer de la temporada pasada y fue una experiencia estupenda. Fue muy divertido vivir con ellos el proceso de un desfile". Con motivo de aquella ocasión especial, Laia Alen y su equipo –formado por cinco mujeres– crearon una línea especial de Bolsitos, acorde a la colección de Alianto.
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La próxima temporada otoño invierno la emprendedora tiene preparada una sorpresa: Una colección de punto. “Como mi legado es el punto y en mi familia siempre han hecho jerseys y knitwear, en invierno me gustaría hacer una colección que haga honor a mis raíces”. Quiere retomar la esencia familiar de su bisabuelo y convertir su marca de bolsitos en un espacio en el que también podamos encontrar prendas de punto.
Con respecto a la filosofía de la marca, Alen lo tiene claro: “Lo más sostenible es comprar menos y cosas que te hagan más ilusión. Lo que yo quiero es crear un accesorio atemporal, que no lo tengas que cambiar y te dure mucho tiempo”. Una filosofía muy acorde a la tendencia eco, para la que también hay espacio a pesar de que la producción es pequeña. “Intento que todas las telas sean de fiar y no produzco en China. Es un producto de proximidad, porque todo lo que hago es en mi fábrica y todo mi equipo está formado por mujeres”. Y vaya si lo ha conseguido. Son el accesorio de la temporada, pero no solo de ésta.
La producción es limitada para conservar esa exclusividad que predomina en su firma y cada pieza está hecha a mano, de forma individual. “De los bolsos de temporada tengo la tela justa y hago unas unidades limitadas de entre 20 y 40. Para mí lo divertido es ver los nuevos modelos y poder ir cambiando”. Algunos de sus best sellers, como el mencionado Bernatta, sí que tienen más producción. “Buscamos un poco de balance entre la exclusividad y la novedad”. De este modelo en concreto, la diseñadora ha creado nuevos colores para temporada que viene, que pueden servir para alegrar cualquiera de nuestras citas de primavera. Toda una visionaria.
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“El ADN de mi firma es un bolso que evoca un aire nostálgico, divertido de combinar y que va con todo. Siempre pienso en mis amigas, en qué se pondrían ellas en una boda o en un evento. Hago un poco de estudio de mercado y les pongo los nombres según qué modelo le gusta a cada una. Quiero que sean bolsos especiales, con una tela buena y que te puedas poner para ir a cenar, a un evento o incluso a una comida. Pero siempre especiales. Por ahora no pretendo hacer bolsos de día a día”, nos termina de confesar la creadora.
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