8.000 diamantes, 1.300 horas de trabajo repartidas en 10 meses y 137 quilates. Las cifras detrás de la ‘corona de espinas’ creada por Tiffany & Co son tan apabullantes como el propio diseño. Detrás de la ocurrencia está el rapero Kendrick Lamar, que se hizo con el Pulitzer por su álbum DAMN. en 2018, y cuya creatividad parece no conocer límites. Junto al productor musical Dave Free, el cantante ideó esta joya inspirada en la corona de espinas de Jesucristo y se la encargó a la firma joyera. El resultado es una corona de pavé de diamantes y titanio hecha a medida que ya ha lucido en la portada de su disco Mr Morale & The Big Steppers y que volvió a llevar hace unos días en su actuación en el festival de música Glastonbury. Sobre el escenario, con su corona puesta, entonó un estribillo en el que repetía «Te juzgan, juzgan a Cristo» y cerró su actuación con un alegato contra la derogación del aborto en Estados Unidos. El tocado, como era de esperar, no ha tardado en revolucionar las redes sociales y despertar cientos de hilos en Reddit.
El encargo por parte de Lamar y Free, con el que quisieron hacer «una representación divina de las filosofías de barrio», llegó a la firma joyera en 2021 y, desde entonces, han empleado 1.300 horas de trabajo repartidas en 10 meses en confeccionar la pieza en su taller del norte de Italia. Con un peso de solo de 200 gramos, la joya de titanio está compuesta por 50 espinas de rosas recubiertas por 8.000 diamantes. Tal y como detallan desde la marca, cada uno de ellos ha sido engarzado a mano por un total de cuatro artesanos y las garras también fueron realizadas de manera artesanal siguiendo técnicas que habitualmente quedan reservadas para la alta joyería.
La pieza, que ha despertado comentarios en todas direcciones al estar inspirada en uno de los símbolos más reconocidos y universales de la iconografía religiosa, es una de las más subversivas firmadas por la maison neoyorquina hasta la fecha. Un paso más en el giro de timón que ha experimentado después de ser adquirida en 2020 por el grupo LVMH, el gran conglomerado de firmas de lujo que consiguió hacerse con su control tras meses de litigios y el desembolso de 13.500 millones de euros. Desde entonces la marca ha firmado colaboraciones con marcas tan alternativas y alejadas del clasicismo que solía definirla como Supreme y se ha asociado con celebridades tan universales y poderosas como la pareja formada por Beyoncé y Jay-Z, que actualizaron el icónico personaje de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes en una campaña publicitaria.
«Kendrick Lamar representa el arte, la creatividad arriesgada y la innovación incesante que también ha definido a Tiffany & Co. durante casi dos siglos», asegura en un comunicado Alexandre Arnault, vicepresidente ejecutivo de Producto y Comunicación de Tiffany & Co. «Estamos orgullosos e increíblemente emocionados de trabajar con un visionario como Kendrick para hacer realidad su visión sobre la corona».
Además de hacer referencia a la bíblica corona de espinas, los artistas también se inspiraron en el broche Thorns de Jean Schlumberger que el legendario diseñador creó en 1947, antes de unirse a Tiffany & Co. nueve años después. El broche Thorns, realizado con espinas de oro amarillo de 18 quilates que rodean un zafiro de 47 quilates, se exhibe actualmente en la exposición Vision & Virtuosity, que puede visitarse en Londres, hasta el próximo 9 de agosto.
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