‘Café con aroma de mujer’, así es el final de la serie: Sebastián y Gaviota, juntos y enamorados

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              En los capítulos anteriores de Café con aroma de mujer, Gaviota quiso unir fuerzas con Marcia para demostrar la inocencia de Sebastián y sacarle de prisión. En el capítulo 98 de Café con aroma de mujer, que marca el final de la serie en Divinity, Doña Julia le ofreció a Gaviota el 25 % de la herencia de Octavio para su hijo Fernando. Sin embargo, la recolectora rechazó el regalo y propuso utilizar tal fortuna para salvar la hacienda de los Vallejo. Mientras, Sebastián fue declarado inocente del delito de lavado de dinero y, en su lugar, fue apresado Iván, quien fue condenado a varios años de cárcel por sus los delitos. Carlos Mario, por su parte, también, fue detenido por narcotráfico, secuestro y multitud de crímenes más. Ahora Marcia podría vivir sin tener que esconderse de su malvado esposo.

              Por otro lado, y pesar de todo lo causado, Lucía buscó a Sebastián para disculparse por el daño que le había hecho y devolverle su anillo de bodas.La mujer le contó que había conseguido un buen trabajo en Nueva York, por lo que se marcharía en un par de días junto con Sofía: «Cuidaré de ella, lo juro».Un bonito momento que acabó con la aparición de Julia, que le deseó toda la suerte del mundo a la que fuera su nuera y le dio un tierno abrazo.

              Arthur y Paula continuaron con sus coqueteos

              Con el paso del tiempo, Sebastián, acompañado de Julia, visitó a Iván en prisión. Ambos hermanos limaron asperezas y la matriarca del clan le prometió a su primogénito que estaría a su lado cuando saliera de la cárcel.

              Meses más tarde, los coqueteos entre Arthur y Paula siguieron siendo constantes, aunque, todavía, no formalizaron su relación. Marcela comunicó a la familia que había decidido tener a su bebé. Algo que llenó de dicha a su amado Lemarcus.

              La alegría de la familia culminó con la boda de Sebastián y Gaviota. Esta última, además, triunfó en los negocios, haciendo de su cooperativa todo un éxito comercial. Un broche de oro, para una historia dulce y amarga como el mejor café.


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