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En los capítulos anteriores de Café con aroma de mujer, tras conocerse en el entierro de su padre, surgió entre Sebastián y Gaviota un romance tan apasionado como complicado. En el capítulo 10 de hoy miércoles en Café con aroma de mujer, Carlos Mario se presenta en el bar de su padre don Pedro, el mismo local en el que canta Gaviota cada noche para sacarse un sobresueldo. El hombre, nada más ver a su hijo, le pide que se marche y no le traiga más regalos comprados con su dinero sucio. «Yo te enseñé a ganarte el pan, honradamente, pero veo que nada de eso se te quedó grabado», comenta el anciano.
Antes de marcharse del local, Carlos Mario observa a Gaviota y Sebastián en una actitud muy comprometida. Sin pensarlo dos veces, les hace una foto y se la manda a Iván.Después, en compañía de Marcia, se va a beber a otra taberna de por la zona. Ya bastante alcoholizado, le cuenta a su esposa que si algo desea en esta vida es vengarse de los Vallejo, pues siempre les tuvo envidia, y que su acercamiento a la familia forma parte de un plan cuyo final todavía queda muy lejano.
Un viaje hacia la hacienda
Por su parte, Iván le reenvía la foto de Gaviota y Sebastián a Lucrecia, quien, previamente, le había pedido ayuda para saber quien era la mujer que le había robado el corazón a su cuñado. Con la boca abierta, se la enseña a Lucía. «Esa tipa que aparece en la imagen es una recolectora. Yo la he visto en alguna ocasión por la finca», comenta Lucrecia. «Pues con razón Sebastián no ha hecho otra cosa estos días que pasear por la hacienda», responde Lucía.
Ambas toman la decisión de viajar hasta Casablanca y dinamitar esa relación. Mientras tanto, doña Carmenza respira aliviada después de que su hija consiguiera que doña Julia les perdonara la deuda que, sin querer, habían adquirido con la familia. Además, la matriarca se comprometió a devolverles sus ahorros.
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