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Uno de los problemas de muchas series de suspense, sobre todo de las que se desarrollan en el mundo de la inteligencia internacional, es que pierden el foco. Hay demasiados personajes, muchas historias secundarias innecesarias y no se dedica suficiente tiempo a los giros de la historia principal. El nuevo thriller británico protagonizado por Charlie Cox, de Daredevil, promete mucho. Pero, ¿será capaz de centrarse en la historia principal?
Cinco días antes, Adam Lawrence (Charlie Cox), jefe adjunto del MI6, está en el colegio de su hijo Callum (Samuel Leakey), hablando a su clase sobre su trabajo. Mientras tanto, su jefe, Sir Martin Angelis (Ciarán Hinds), apodado «C» de «Control», se sienta en su lujoso club gastronómico con el presidente del Tribunal Supremo, mostrándole pruebas de un affaire y un visado ilegal que puede hacer desaparecer si el funcionario le sigue el juego.
Una mujer se cuela en la cocina del club y se hace pasar por camarera; le trae a Angelis su bebida, que ya ha adulterado. Se la bebe y sufre un paro cardíaco. Mientras la asesina, Kara Yerzova (Olga Kurylenko), escapa, su chófer atropella a un repartidor y se baja para ayudar. Ella quiere ayudar al conductor, pero más tarde le dice «yo no la cago», mientras lo envenena.
Como Angelis está incapacitado, Lawrence es ascendido inmediatamente a C. Mientras coordina la investigación sobre el envenenamiento de Angelis, su familia tiene que adaptarse a una nueva normalidad de escoltas armados y amenazas. La esposa de Armstrong, Maddy de Costa (Oona Chaplin), ex agente de inteligencia militar, sabe que está a la altura de las circunstancias. A Callum le parece bien, pero Ella (Beau Gadsdon), de 14 años, odia todo este nuevo escrutinio sobre ellos.
Un misterioso regalo dejado en la habitación del hospital de Angelis lleva a Armstrong a encontrarse con Kara. Se conocen de sus días en el campo, cuando Kara era SVR (inteligencia rusa) y los dos eran amantes. Ella ha sido expulsada del SVR y le cuenta a Armstrong que envenenó a Angelis para que Armstrong pudiera ayudarla con su nueva autorización de seguridad de alto nivel. Al fin y al cabo, se lo debe, ya que ella le proporcionó todos los datos de inteligencia que consiguió mientras ascendía en el MI6, o al menos eso dice ella.
Al mismo tiempo, un equipo de la CIA aterriza en Londres, liderado por Dede Alexander (Tracy Ifeachor). Su objetivo es Armstrong, pero también está allí para reencontrarse con Maddy. Las dos sirvieron juntas en Afganistán, y Dede finge que está en Londres de vacaciones, cuando su verdadero propósito es convertir a su amiga en un activo involuntario contra Armstrong.
‘Traición’: crítica de la serie de Charlie Cox
Una de las cosas que Traición comparte con otras series de espionaje británicas es que hay todo tipo de personajes flotando en el mundo de esta serie, y todos tienen diálogo e interactúan con los personajes principales de alguna manera, pero no nos hacemos una idea completa de por qué están ahí.
En realidad, la historia de Traición se reduce a Alexander, Maddy y sus hijos (sus hijastros, más exactamente), Kara, Dede y Angelis. Cuando Charman se concentra en este grupo central, la tensión de la serie aumenta y se mantiene a un nivel entretenido. Pero el primer episodio no da mucho de sí al resto del reparto, como Alex Kingston en el papel de Audrey Gratz, que suponemos es la ministra del Interior británica. Hay otros en el reparto como ella, pero es difícil imaginar a Kingston en un papel minúsculo sin nada que hacer, así que esperamos que ella y algunos de los otros personajes secundarios tengan más peso en la historia a medida que avance.
La intriga está en la red que ya se está enredando al final del primer episodio. Alexander recibe información de Kara a cambio de información, lo que provocará sospechas en la agencia. Y Maddy está siendo utilizada involuntariamente como un activo por su vieja amiga Dede, que «casualmente» llevaba un bolígrafo grabador de voz en el bolso cuando las dos se reunieron y Maddy expresó su preocupación por el misterioso comportamiento de su marido. Además, es probable que Alexander descubra por qué Angelis extorsionaba a altos cargos del gobierno.
En el caso de Traición, es la tensión que genera la gestión de Armstrong del puesto de director mientras Kara amenaza simultáneamente a su familia y la poca libertad que le queda. Mientras la serie se mantenga en esa línea, al tiempo que da a algunos de los personajes algo más que hacer de lo que hemos visto hasta ahora, será un thriller satisfactorio.
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