‘El juego de mi destino’, avance semanal de los capítulos 42 al 46: ¡Descubierto!

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        La semana pasada en El juego de mi destino, Asiye fue, al fin, consciente de que Cemal la abandonó por una mentira. En los capítulos 42 al 46 de esta semana de El juego de mi destino, Asiye empieza a sentirse muy enferme y pronto comienza a tener fiebres muy altas. En mitad de sus delirios, comienza a susurrar el nombre de Cemal. La mujer, que ni siquiera sabe lo que está diciendo, llama a su exmarido y le ruega, entre sollozos, que no la deje. Por fortuna para la paciente, ni Nedret, ni Helin se encuentran en la habitación. Solo está Gülsüm, quien se queda de piedra tras lo que acaba de oír y derrama el agua con el que trataba de refrescar a Asiye.

        Los lamentos de la mujer se ven interrumpidos por Mahir, quien trae consigo al doctor y a Nergis. El médico se acerca a la enferma y comienza a examinarla a conciencia. Mientras, Gülsüm sale de la habitación y se debate entre decir o no lo que oyó. Teme que se haya iniciando una relación entre Asiye y Cemal a espaldas de Mahir: «Dios mío, el debería saber lo que está pasando en esta casa. ¿Cómo pueden engañarle así?», se pregunta a sí misma.

        Zahide decide espiar a su marido

        Por otro lado, Raci llega al casino que ha montado en una de las salas del hotel a espaldas de su padre. Zahide, que no estaba segura de que su marido fuese a jugar, tal y como le dijo, decide seguirle. La mujer se queda tranquila al ver que su coartada es cierta y no estaba con otra mujer. De repente, y para sorpresa de todos, Harun aparece en el casino.

        El patriarca de los Demirhan se enfurece al ver lo que fue capaz de organizar su hijo sin su consentimiento. «Vine siguiendo a tu mujer, porque no sabía qué hacía a estas horas en el hotel y mira lo que me encuentro. Eres la vergüenza de la familia», le dice Harun a su primogénito antes de exigirle que destruya el casino. Acto seguido, se marcha a casa.

        Raci, todavía con el susto en el cuerpo, culpa a Zahide de lo ocurrido, pues si ella no hubiera venido hasta el hotel, nada de esto habría pasado. «Mira hasta donde me has llevado con tus estúpidos celos», le grita el hombre. Ella trata de excusarse, pero nada de lo que dice clama los ánimos de su colérico marido.



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