Jonan se rapa, Alma Bollo se corta el pelo y Adara Molinero se enfrenta a su fobia en Supervivientes

Jonan se rapa, Alma Bollo se corta el pelo y Adara Molinero se enfrenta a su fobia en Supervivientes

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    La Mesa de las tentaciones ha llegado a Supervivientes. A 89 días de convivencia, los 6 concursantes se han enfrentado a sus mayores tentaciones a cambio de sus mayores penitencias. Y como era de esperar, esta prueba ha dejado grandes momentos con todos los concursantes decidiéndose entre lo que más quieren y lo que más temen, decisiones que para unos han sido mucho más fáciles que para otros.

    Uno de los que más ha negociado ha sido Jonan Wiergo, quien se ha tenido que enfrentar a una enorme hamburguesa vegana. «¡Qué barbaridad! Si me lo voy a tener que comer en una semana, se va a caducar..», explicaba el influencer que veía en el plato de la penitencia una maquinilla de afeitar lamentándose: «yo que pensaba llegar a los festivales con la mohicana…». «Si te lo cortas al 3 te doy ketchup, mostaza y mayonesa», negociaba Jonan que finalmente aceptaba, «también te digo que es como una liberación para mi después del jueves tan heavy que pasé la semana pasada». Y aunque Laura Madrueño empezaba a cortar, continuaba Adara.

    También Alma Bollo se tenía que enfrentar a cortarse el pelo: 45 centímetros de melena a cambio de dos barcos de pasta a la carbonara y dos brownies. Una situación a la que al principio no quería enfrentarse: «sería como tú…a Laura le queda muy mono», lamentaba Alma, «si yo soy como Sansón, esta es mi fuerza, pero si es que a mi me cortan las puntas y lloro».

    Pero finalmente se pegaba un gran corte de pelo: «¡Mamá! Prepárame una peluca, por favor, unas extensiones». Así Alma emulaba a Anabel Pantoja y a Ana María Aldón, entre otras concursantes que también se habían sometido a esta penitencia.Un cambio de imagen que todos aplaudían.

    Adara Molinero, a ciegas

    Adara era tentada con una tarta de chocolate de grandes dimensiones por las que iba aceptando diversas penitencias. Primero aceptaba ir con unas gafas de oscuridad durante un día entero. «Esto es una fobia muy fuerte para mi, me da mucho miedo, lo paso fatal«, confesaba Adara, a quien Carlos Sobera la animaba con un cambio de enfoque que convencía a la concursante: «Es tu oportunidad para poder superar ese miedo con tus compañeros cerca, lo mismo fuera no puedes tener otra oportunidad así».

    Además, Adara permanecerá atada a Jonan, el concursante con el que mejor se lleva, y Asraf, con el que más choca ahora mismo, durante otro día. Después, aceptaba tres penitencias sorpresa que conocerá el domingo basándose únicamente en la reacción del público del plató al conocerla ya que «confío mucho en el público»: pasar otras 24 horas sin poder hablar, no comer nada que haya pasado por el fuego y cortarse 15 centímetros de pelo. Eso sí, negociaba renunciar a una parte de la tarta por un bocadillo de media barra de pan «bien gordo».

    La decisión más dura de Asraf

    Medio mareado, Asraf llegaba al sitio donde le esperaba un auténtico kebab de grandes dimensiones a cambio de llevar un taparrabos «hasta nueva orden» y renunciar a la muñeca de Yasmín de Isa Pantoja, algo que le rompía: «Que va, no puedo. Lo siento». «Qué duro», comentaba Adara quien esperaba aún más penitencias para poder disponer de su tarta completa.

    Antes de aceptar, Asraf se probaba el taparrabos y hacía un pase «como buen modelo que es» para finalmente aceptar: «Isa lo entenderá», confesaba. «No os riais», gritaba a sus compañeros nada más llegar adonde estaban.

    Todo por un solomillo

    Artur, que llegaba muy crecido a la prueba asegurando que era «una tontería», aceptaba muy a regañadientes la penitencia de no poder tocar ningún tipo de comida durante una semana, es decir, tendrá que ser alimentado por sus compañeros. Todo esto a cambio de una enorme bandeja de shushi.

    Quien lo ha tenido más claro ha sido Bosco, que no tenía problemas en rechazar una llamada con su madre por un solomillo Wellington de más de un kilo de «mamá, te veré dentro de poco». «Fíjate si tu madre sabe cómo eres que teníamos preparada la llamada con tu madre y ella nos ha dicho que, conociéndote, le ibas a rechazar», aseguraba entre risas Carlos Sobera.


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