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Esta semana, en La Promesa, cuando Manuel tomó la palabra durante la cena y empezó a hablar de Jimena y de los manejos poco escrupulosos de Cruz, esta se temía que su hijo rompiese su compromiso de una vez por todas. Pero la intención del chico era muy distinta. Por otro lado, la inminente llegada a La Promesa de doña Eugenia, la hermana de Cruz y supuesta madre de Curro, requería de un despliegue amplio y minucioso, dada la precariedad de la salud de la visitante.
Pía y Mauro unieron fuerzas para intentar proteger a Teresa del Barón, pues la doncella no quería ver la verdadera naturaleza del viejo y lo siguó viendo como un caballero encantador. Además, empezó a ser un secreto a voces que María Fernández bebía los vientos por Salvador, sobre todo a ojos de Jana.
Mauro tuvo dificultades para hacer entender a Leonor la necesidad de romper su relación… y se acabó viendo obligado a decirle la verdad. Por su parte, Cruz decidió cederle su dormitorio a su hermana Eugenia, ya que era el cuarto más amplio y cómodo de la casa. Ella se trasladó a la habitación de su marido el marqués y pidió a las criadas que vigilasen su alimentación y que hicieran turnos para que nunca estuviera sola. Y es que el estado de Eugenia es mucho peor del esperado. No conoce a nadie y empieza a carcajearse sin motivo. Está completamente enajenada.
Jana estaba preocupada, pues en ese estado, doña Eugenia nunca podría contarle nada del pasado relativo a su madre y a su hermano. Desesperada, le propuso a María Fernández reducir la dosis de medicación que estaba tomando para que así tuviera más conciencia y no se pasase el día aletargada. Mientras, el padre Camilo estaba encantado con las friegas en el cuello que le dio Petra y le pidió a la criada que las repitiese cuando pudiera. Así lo hizo Petra a la que cada vez le costaba más trabajo no turbarse cuando el sacerdote se quedaba con el torso al descubierto delante de ella.
Cruz presionó a Manuel para que fijase la fecha de la boda
Pasados los días, Eugenia tuvo un accidente que por fortuna no pareció grave, pero aun así Cruz abroncó y humilló a Curro, que se terminó rompiendo a llorar ante Jana y confesándole sus penas. Por iniciativa de Catalina, en las cocinas de La Promesa comenzaron a preparar mermelada, intentando que los marqueses no se enterasen. Jana intentó ser elegida para cuidar a Eugenia y así poder sonsacarle información, pero Cruz se negó.
Llegó al palacio de visita Juan Luis Belmonte, amigo de Leonor, y de cara a todos, un partido ventajoso. Entretanto, Cruz presionó a Manuel para que fijase ya una fecha para la boda y visitase a los padres de Jimena para pedirles la mano, pero él se niega, quería esperar un poco más. Por su parte,Jana indagó sobre Eugenia con Catalina y con Manuel. Fueron los cuidados de María y Salvador los que le dieron la clave: la señora estaba despertando gracias a la reducción de la dosis de medicina.
Por otra parte, Rómulo confundió a Jana con una criada que pasó tiempo atrás por la Promesa. Aun así, el mayordomo continuó seguro de que la conocía de algo, lo que dejó a Jana preocupada por si la descubría. Mientras tanto, María Fernández continuó bajándole la dosis de medicación a Eugenia, que parecía más activa y lúcida. Harina de otro costal es el padre Camilo, que mostró un interés especial por Manuel y recabó información sobre él gracias a su encandiladora verborrea. ¿Tendría esto alguna relación con la misteriosa carta que recibió?
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