‘La promesa’, resumen de los capítulos 121 al 126: Separados, de nuevo

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        La marcha de Cruz a la casa de reposo dejó dos bandos en ‘La Promesa’. El de los vencidos, liderado por Alonso y Petra, que sin la marquesa había quedado desprotegida y pasó a ser una simple doncella más. Y el de los vencedores, en el que están Elisa, que veía más cerca el dinero de la herencia del barón, Lorenzo, que había cumplido su venganza, y Catalina, a la que se permitió ponerse al frente de la finca.

        Por otro lado, Pía estaba en shock al saber que podía estar siendo envenenada. Por su parte, Lope intentó explicar a Salvador que las idea de María Fernández de que se iban a casar fueron por el bien de la propia María, pero solo consiguió empeorar las cosas entre ellos. Además, Jana no entendía el frío trato que le dispensaba Manuel. Lo que desconocía era que el señor se había convertido en un títere en manos de Jimena.

        Candela y Simona querían aprender a leer con más fluidez. Pidieron permiso a don Gregorio para dedicar unas horas al estudio. Lo único que les faltaba era un tutor que las ayudase: Mauro y Rómulo. Y Catalina estaba superada por volumen de trabajo ahora que vovlía a llevar las riendas de la finca, y pidió ayuda a Martina para llevar la intendencia del palacio. Ésta asumió sus nuevas responsabilidades con nervios e ilusión.

        Salvador trató de explicar a María Fernández que ahora no era buen momento para casarse

        Manuel se plantó ante su esposa. Aunque ella hubiera intentado doblegarlo por la carta de amor que encontró, él no lo iba a permitir. Y se iría a la Puebla de viaje, dejándola sola. Jimena decidió hacerse con la dirección de La Promesa, pese a que Martina se iba a ocupar de ello. Martina le contó sus penas a Curro, al que sentía cada vez más cercano.

        Salvador trató de explicar a María Fernández que ahora no era buen momento para casarse. Ella confiesa sus dudas a Lope y a Martina, que le propone celebrar una fiesta para celebrar su regreso. Mientras, Curro le hace un desplante a la Baronesa, que solo permanece en La Promesa tras la insistencia de Lorenzo. Intenta congraciarse con el resto de las damas de la casa, sin ningún éxito. Además, Manuel mantiene sus distancias con Jimena, tal y como le confiesa a Catalina, cada vez le cuesta más tolerar su presencia. De hecho, discute con ella a costa de Jana. El resto del servicio tampoco acepta de buena la gana las funciones que la de los Infantes se ha arrogado.



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