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A pesar de los consejos de su hermano, Dilek le entregó la mitad de sus acciones de la compañía a Ömer, anunciando la noticia a bombo y platillo durante una fiesta de empresa en La venganza de Iffet: «Quería que todo el mundo conociera la decisión que he tomado». Ali Ihsan, consciente de que su nuevo cuñado solo buscaba aprovecharse de su hermana, le pidió a su guardaespaldas que le investigase, descubriendo que cada semana, transfería grandes sumas de dinero a otra mujer.
Por otro lado, Nil estaba decidida a volver a Londres y le pidió a su padre que no intentase detenerla. Ya en el aeropuerto, Iffet apareció para suplicarle que se quedase en Estambul. Pero, la joven tenía mucho miedo de que su padre descubriera su problema con las drogas y prefirió marcharse para no darle un disgusto: «Mi padre es la persona que más quiero en el mundo y no puedo mirarle a la cara.Por eso me voy».
Salih amenazó a Ersin con echarle si seguía ayudando a Cemil
Iffet hizo caso omiso a sus palabras e insistió en que se quedase, prometiendo ayudarla a superar su adicción: «No voy a dejarte sola en este trance tan duro, puedes confiar en mí. Te lo prometo, querida». Finalmente, Nil aceptó, pero cuando regresó a su estudio, todos sus demonios volvieron también. Nil miró, fijamente, una bolsa de cocaína y tras un amago de volver a consumir, entró en razón y tiró la droga por el lavabo.
Salih amenazó a Ersin: o echaba de casa a Cemil o le despedía. El hombre obedeció a su jefe y deja a Cemil en la calle, quien acabó buscando refugio en casa de Nil. La muchacha, que se sentía en deuda con él por ayudarla cuando se encontraba al borde de una sobredosis, aceptó que pasase la noche con ella.
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