Problemas familiares: qué ha pasado en ‘Todo puede suceder’

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        Federica reaccionó a la decepción por la traición de Stefano y Ambra tiñéndose el cabello, lo que molestó a su madre, cuyo resentimiento hacia Sara creció aún más. Mientras tanto, Alessandro fue presionado por su trabajador Giorgio, quien le reprochó que estaba demasiado ocupado con los compromisos familiares y no se interesaba por la empresa que dirige. Para demostrar lo contrario, se atribuyó la realización de un proyecto que, en verdad, había hecho Sara.

        Giulia le presentó a Tommy a su padre, pero este último, de acuerdo con su yerno Luca, rechazó la oferta económica a pesar de ser muy ventajosa en opinión de su hija. Además, Ettore decidió dar un primer paso hacia Emma, pidiéndole que volvieran a estar juntos. Mientras tanto, Feven recibió el resultado de la audiencia, que había ganado, y podía mudarse a Milán. Carlo, presa del temor de no volver a ver a su hijo, consideró la posibilidad de seguirlos.

        Stefano le anunció a Amber que debía irse a Londres con su padre, quien debía someterse a terapias de última generación para tratar la esclerosis múltiple. Por su parte, Feven tenía planeado un fin de semana para pasar con su hijo en Roma, pero debido a compromisos laborales tuvo que posponerlo, decepcionando así a Carlo, que esperaba ansiosamente reunirse con ella y su hijo.

        Ettore logró que Emma le diese una nueva oportunidad

        Ettore volvió a vivir con su mujer Emma, con la que realizó una terapia de pareja, pero al principio, por orgullo, se resistió a la decisión de sus hijos de pagarle la hipoteca de la masía. Luca y Giulia tuvieron que enfrentarse a los primeros interrogantes sobre cómo nacen los hijos, de su hija Matilde, un discurso que les llevó a plantearse la posibilidad de intentar tener otro bebé.

        Mientras tanto, Sara comenzó a pensar que fue un error mudarse a Roma, ya que ella y su hija solo han causado problemas, y consideró irse de la ciudad. Stefano se fue a Inglaterra, y Ambra se lo comunica a Federica.

        Esta último encontró entonces la fuerza para perdonar a su prima, fortaleciendo así las relaciones entre las dos familias. Alessandro, sintiéndose culpable por haberse apropiado de una idea que no era suya y queriendo remediarlo, decidió admitir a Giorgio que el logotipo, era en realidad obra de su hermana Sara, a quien se le dio la oportunidad de realizar una pasantía.


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