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Después de los problemas en el Bar Alcalá en Pasión de Gavilanes, Samuel regresó al lugar para hablar con la cantante. Lo que el hombre no imaginaba es que Rosario y Muriel lo estaban esperando con el alcalde de San Marcos y el comisario, quienes lo invitaron a marcharse debido a la agresión que sufrieron la noche anterior. Las cosas se calmaron, pero el cirujano, prometió regresar para solucionar el asunto. Y así lo hizo.
Más tarde, el hombre volvió a entrar a la casa de Rosario. Samuel le dijo que, si bien tenía el respaldo de todos en el pueblo, él era quien ostentaba el poder y el dinero: “Todo de lo que disfrutas es gracias a mí”.Finalmente, le propuso un trato: tenía que devolverle todo lo que se gastó durante su matrimonio y solo entonces aceptaría divorciarse de ella. Algo que la cantante no pensaba hacer. Acto seguido, le amenazó con echarla del lugar, pero llegó Muriel para respaldar a su madre.
Los últimos días estuvieron llenos de tensiones en la familia Reyes-Elizondo. Primero el descubrimiento del hijo de Óscar, luego la muerte de Nino y ahora, por fin, parecía que las cosas podían mejorar. Al menos, la felicidad había llegado a la familia. Juan y Norma regresaron a la hacienda con Franco, quien desapareció hace tres años sin dar mayor explicación. El hermano de Óscar y Juan está de vuelta, pero todavía deberán mantener el secreto.
Gabriela quería unir a Demetrio y a Sara
Franco apareció, y aunque estaba feliz, las cosas que había vividos los últimos años lo tenían desconcertado, como en shock. Por eso tardó un poco de expresar su felicidad cuando vio primero a Óscar, luego a Juan David, Quintina y, por último, a los mellizos; quienes, por cierto, le hicieron tomar alcohol y terminó desvaneciéndose.
Este desmayo hizo que toda la familia se preguntase cuál era el estado de salud del menor de los Reyes. Rápidamente, llegó el doctor para ver la gravedad del asunto, aunque él se sentía bien, sus seres queridos deseaban que lo revisase. Mientras todo eso pasaba, su esposa estaba con su madre y Demetrio. Gabriela seguía empeñada en unirlos, pero su hija no quería saber nada
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