‘Servir y proteger’, qué ha pasado en los capítulos 1294 a 1298: ¿Quién es el Fantasma?

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        En Servir y proteger esta semana, el plan para convertir a Cata en la “mejor amiga” de Rebeca no estaba funcionando como se pensaba. La reclusa no se fiaba de las intenciones de su compañera de celda y le hizo pelear con otra presa para demostrarle así la, supuesta, lealtad que le tiene. Mientras tanto, Fabian volvió a rechazar a Saúl y este la lió en el pub por despecho. Parece que el pequeño de los Galván no se toma nada bien una negativa por respuesta.

        Noemí intentó mediar entre Isidro y Saúl mientras engatusaba a Irene para que le malvendiera su colección de trenes. Paralelamente, de nuevo en prisión, Rebeca le pidió a Cata que matase a Teresa: “Solo así podré confiar en ti y saber si eres digna de estar a mi lado en mis negocios”. Cata, para evitar el fatal desenlace, se alió con Vega y ambas lograron que Tere confesase que se autolesionó para incriminar a Hanna.

        Por su parte, Isidro agredió a un chico con el que su hijo estaba ligando. La policía intervino y, al día siguiente, le tocó ir a declarar por lo sucedido. No tuvo más remedio que contarle a Noemí el espectáculo que montó en el bar. Paralelamente, Miralles recibió otro “regalo” del Fantasma.Horas más tarde, el criminal cumplió con su patrón y se cobró una nueva víctima masculina.

        Irene se arrepintió de haberle dado sus trenes a Noemí

        La mañana de después, Irene se arrepintió de haber entregado sus trenes, como vimos en el último capítulo de Servir y proteger, pero Noemí no podía devolvérselos. Este no era el único problema al que debía enfrentarse la mujer y es que, si Isidro no iba a terapia para controlar su ira, podría enfrentarse a una multa por lo ocurrido en el Moonlight. Saúl, por su parte, estaba dolido con su padre y le plantó cara.

        En comisaría, Matías y Gael fueron interrogados como principales sospechosos en el caso del Fantasma. Matías tenía coartada para el último asesinato, pero Gael no, lo que despertó la suspicacia de Miralles. Mientras, Rebeca amenazó a Vega y Cata por habérsela jugado para demostrar la inocencia de Hanna.



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