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Esta semana en Servir y proteger, la llegada de la inspectora Aiko supuso una auténtica revolución en Distrito Sur. Gracias a su ayuda, los agentes consiguieron avanzar enel caso de la desaparición de la “espada japonesa” encontrando la tsuba-el guardamano de la espada- del valioso objeto y guardándola en comisaría. Pero, cuando creían que estaban más cerca que nunca de encontrar el arma, la investigación dio un giro inesperado, poniendo en jaque a todos los agentes que habían participado en el operativo.
Por otro lado, Isma e Iris resolvieron con éxito el caso del pederasta que les asignó Miralles la semana pasada. Sin embargo, Isma seguía teniendo dudas acerca de la culpabilidad del hombre y esto le hizo plantearse su futuro como policía. Esto le llevó a tener una intensa y profunda conversación con Claudia, quien trató de arrojar luz sobre los pensamientos negativos del joven.
Saúl descubrió que su madre y Lorenzo tienen una aventura
Cerca de allí, Saúl descubrió que Noemí y Lorenzo tenían un romance a espaldas de Isidro y no se lo tomó nada bien. «Una cosa es que yo esté peleado con mi padre y otra es que le estén engañando de esta manera mientras él está en prisión», pensó el chico muy enfadado.
Mientras, en comisaría, un vis a vis entre Isidro y Noemí desató la ira de Lorenzo, quien empezó a plantearse acabar con su hermano para siempre: «No voy a permitir que dañe mis planes». Además, Miralles ordenó a sus agentes que interrogasen al mafioso gracias a las pistas que ha ido dejando Julia, ¿cómo se tomará Lorenzo volver a estar en el punto de mira?
Por otra parte, Miguel quiso quedarse en el barrio para resolver el caso de la desaparición de una joven nigeriana, Blessing. Carol se ofreció voluntaria para ayudarle, pero finalmente, fue Yolanda quien dio con la clave del paradero de la chica.
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