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El nacimiento de la primera nieta de Ana Obregón y la historia de cómo vino al mundo la pequeña Ana Sandra Lequio ha sido tema de debate nacional. La actriz y presentadora ha llegado a ser cuestionada por políticos que han juzgado su decisión de cumplir el último deseo de su hijo Áless Lequio. La crónica rosa se ha colado hasta en los telediarios, llegando incluso a abrir alguno de ellos. Pero hasta ahora no sabíamos cómo fue el proceso de gestación subrogada de Ana Obregón hasta el nacimiento de su nieta Ana Sandra Lequio.
Ahora, hemos podido conocer un poco más de esta historia gracias a un especial de Telecinco.El documental ‘Ana’ nos enseña el momento en el que Ana Obregón se encontró por primera vez con la pequeña Ana Sandra.
La artista tomó la decisión de cumplir una de las últimas voluntades de su hijo en el momento en el que éste se lo pidió. Así lo cuenta en el libro que han escrito juntos ‘El chico de las musarañas’. Ana Obregón no desveló más que a dos de sus hermanas y a Alessandro Lecquio sus intenciones de hacer padre a su hijo tras su muerte. Y sola emprendió rumbo a Miami, después de un largo proceso y varios intentos, para conocer a su nieta Ana Sandra Lequio.
El chico de las musarañas (HarperCollins)
Un coche a gran velocidad hace saltar todas las alarmas
Nadie sabía nada, ni se intuía que iba a convertirse en abuela, hasta que, según cuenta l periodista Sandra Aladro, de la agencia de noticias Gtres, que un coche la lleva a 50 km/h hasta un hospital de Miami. Una actitud que hace saltar todas las alarmas a los reporteros que hacen guardia en Florida.
El pasado 22de marzo, Ana Obregón sale del hospital Memorial Regional de Miami a las cinco de la tarde en silla de ruedas y lo hace con un pequeño bebé en sus brazos, la recién nacida Ana Sandra Lequio. En el vídeo, en el que Ana permanece esperando cinco minutos por protocolo y no porque hubiese tenido un acuerdo para que la fotografiasen, vemos a una Ana Obregón muy distinta a los que ha sido en los últimos cuatro años. La bióloga desprende felicidad y una luz que se había apagado tras la muerte de su hijo Áless.Es consciente de que su sueño se ha hecho realidad. Cuando mira el rostro de la pequeña, esboza una pequeña sonrisa que es el reflejo de la felicidad a pesar de las enormes gafas de sol que cubren sus ojos.
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