Desde hace unos meses, el cambio en el estilo de Charlène de Mónaco es evidente. La princesa cada vez apuesta más por las tendencias, sobre todo en sus outfits más informales, dando cabida a prendas que antes apenas aparecían en su vestidor, como los pantalones cargo o las blusas con transparencias. Y cuando toca hacer frente a los compromisos oficiales de gala, sus looks también son un acierto, como el último que ha lucido, un vestido a todo color y con la silueta más sencilla y que más favorece.
Charlène fue la gran protagonista en Nueva York de la entrega de los premios de la Fundación Princesa Grace-USA, coincidiendo con el 40 aniversario de la muerte de Grace Kelly. Una ocasión para la que escogió un nuevo vestido de satén de la firma Terrence Bray. Se trata de un diseño largo, de cuello redondo y manga sisa (una de las siluetas favoritas de Jackie Kennedy) que llama la atención por su colorido estampado de flores, como si de una gran acuarela se tratase.
Por su silueta suelta, el diseño es especialmente favorecedor para todo tipo de cuerpos, y queda bien a cualquier edad. Pero si el vestido era protagonista, las joyas no lo eran menos. Charlène de Mónaco lució por primera vez el collar La Vie en Rose, con el diamante Grace en el centro, una espectacular pieza realizada por el joyero Lorenz Bäumer de la Place Vendôme.
El diamante fue encontrado en la mina Argyle de Australia, cerrada desde 2020, pero donde se han hallado algunos de los diamantes más bellos del mundo. Esta piedra preciosa fue bautizado en honor a la princesa Grace y montado en el collar que anoche lució Charlène de Mónaco y que será subastado en el futuro.
Una pieza excepcional para adornar un vestido con el que la princesa de Mónaco ha confirmado que un vestido de flores de silueta fluida siempre es un acierto.
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