Los príncipes George y Charlotte, en el funeral de Isabel II

Los príncipes George y Charlotte, en el funeral de Isabel II

El funeral de Estado por Isabel II que se ha celebrado en la abadía de Westminster se ha convertido en un acto sin precedentes con más de 2000 invitados, que ha reunido a la familia real británica al completo, junto a los royals de otras monarquías, jefes de Estado y las personalidades más destacadas de la vida política y social de Reino Unido. Hasta el último momento se especulaba sobre la presencia de los bisnietos de la reina, y finalmente los príncipes George y Charlotte han tenido un papel muy relevante en la ceremonia.

Los nuevos príncipes de Gales han decidido que tanto George, de 9 años, como Charlotte, de 7 años, tienen la edad suficiente para estar a la altura del protocolo que rige este funeral de Estado, y han acudido a esta cita. Segundo y tercero en la sucesión al trono, los pequeños han formado parte de la comitiva real que ha acompañado al féretro en la entrada a la abadía de Westminster.


La princesa Charlotte ha lucido un abrigo de paño en negro y un canotier de fieltro en el mismo tono, mientras que el príncipe George ha lucido un traje de chaqueta azul marino, con camisa blanca y corbata negra. Ambos han llegado en coche a la abadía de Westminster, junto a Kate Middleton y la reina consorte Camilla, y allí se ha reunido con el resto de la familia.


Una imagen que inevitablemente ha traído de vuelta a la retina aquella histórica foto en la que un joven príncipe William, de apenas 15 años, y su hermano Harry, de doce, acompañaron el féretro de su madre, Diana de Gales, en su entierro. Vestidos de negro, la solemnidad y la tristeza que reflejaba el rostro de ambos hermanos dio la vuelta al mundo.

Ahora, han sido los hijos de Kate y William, sentados junto a sus padres en la primera fila de la abadía de Westminster, los miembros más jóvenes en formar parte de esa comitiva fúnebre, llamando la atención tanto de todos los presentes como de los medios de comunicación de todo el mundo, protagonizando una imagen que ya forma parte de la historia.




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