Solo una fiesta hizo falta para que el destino uniera a Marie Chantal Miller y Pablo de Grecia hace, exactamente, 31 años. El naviero griego Stavros Niarchos preparó una celebración por el cumpleaños de su hijo y a ella no faltaron una de las jóvenes de la jet set neoyorquina y el príncipe griego que podría haber reinado en Grecia. Una fiesta en Nueva Orleans que cambió la vida de ambos y que tuvo lugar unos meses después de la fotografía en la que Marie Chantal Miller, en Francia y en bikini, dejó para el archivo fotográfico una imagen muy alejada del protocolo royal.
Marie Chantal había viajado a la Costa Azul con un grupo de amigos en el que se encontraba su hermana mayor, Pía, que solo un año después tenía previsto casarse con Christopher Getty, heredero de la compañía Getty Oil, en Bali. El destino elegido era Cap Ferrat, un paraíso natural que las élites adoraban, y el hotel en el que se alojaban era el Bel-Air, un establecimiento cargado de historia, que había sido frecuentado por la nobleza rusa y europea, y que también era el favorito de quienes no se tenían que preocupar por la factura.
Situado en un parque privado repleto de pinos y con vistas al mar, su piscina, una lámina de agua que parecía fundirse con el mismísimo Mediterráneo, fue el lugar en el que decidieron inmortalizar aquellas memorables vacaciones. Y mientras todos disfrutaban de un baño y de una copa de champán, una Marie Chantal Miller de 23 años decidió alzarse sobre los demás y mostrar, con una escultural pose y los brazos extendidos hacia arriba, su bikini tricolor.
Un dos piezas en llamativos tonos naranja, morado y verde, con braguita de cintura alta, siguiendo las tendencias de principios de los 90. Por aquel entonces, Marie Chantal ya era uno de los rostros más conocidos de la alta sociedad, había nacido en Londres, vivido en Hong Kong, estudiado en Suiza y Francia, e incluso había recibido una beca concedida por Andy Warhol para disfrutar de un curso de dibujo en la Academia de las Artes de Nueva York.
La vida de Marie Chantal Miller era entonces muy similar a la de otras muchas ricas herederas de Nueva York (su padre, Robert Warren Miller, es el cofundador de las tienda duty free) pero poco después daría un giro de guion al conocer al heredero de una monarquía europea. Más de tres décadas después, una ‘boda del siglo’ en Londres y cinco hijos en común, seguro que a Marie Chantal no le importaría volver por unos instantes a esos días en la costa azul francesa en los que el carpe diem era el único protocolo a seguir.
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