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Corinna Larsen ha sufrido un revés judicial en la demanda que interpuso contra Juan Carlos I, a finales de 2020, por acoso, vigilancia ilegal y difamación. Los jueces ven ‘lagunas’ en la defensa de la alemana. El pasado 8 de noviembre -apenas 24 horas de emitirse los primeros capítulos del podcast ‘Corinna y el rey’- se reanudó la vista en el Tribunal de Apelación de Londres. Una cita en el que los abogados de la ex amiga del rey emérito tenían que demostrar que don Juan Carlos y Felix Sanz Roldán -director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en 2012 cuando ocurrieron los hechos que denuncia Corinna-, actuaron como ciudadanos privados y amigos que se hacían favores personales. Mientras que la defensa legal del padre de Felipe VI tenían quedemostrar a los jueces de que el uso de agentes del Estado o del CNI eran órdenes del jefe del Estado en su capacidad pública u oficial y, por eso, puede ampararse en la ley de Inmunidad de Estado de Reino Unido de 1978 que le libra de juicios.
Tras escuchar a la defensa de ambas partes, los tres magistrados encargados del caso han visto algunas lagunas en la estrategia jurídica de los abogados de Corinna. Además, consideran que no han aportado documentación suficiente para sostener sus argumentos. «Este juicio está teniendo un coste elevadísimo para ambas partes, es complejo y ocupa mucho tiempo de la Administración de Justicia. El rigor y la exactitud son importantes», reprochó Eleanor King, presidenta del Tribunal, a los abogados de la empresaria.
La demanda se interpuso por la vía civil por lo que no conlleva penas de cárcel pero sí indemnizaciones económicas. James Lewis, abogado de Corinna, argumentó durante su exposición que «el acoso empezó cuando ella se negó a pagar los 65 millones de euros que él le reclamó«. Uno de los motivos por los que se pide compensanción económica es por la ansiedad y la depresión que le produjo la vigilancia ilegal y la persecución a la que su clienta fue sometida. Según Lewis, «ella no podía dormir, sufría estrés y depresión, no salía de casa y si iba a algún acto social no lo disfrutaba». Por su parte, el abogado del rey, Timothy Otty, insitió en que «no hay pruebas médicas de que haya sufrido heridas psiquiátricas, puesto que ha presentado informes médicos recientes que no responden al momento de las acusaciones».
De momento, no hay fecha para la sentencia, que podría tardar meses en llegar. De hecho, es probable que hasta 2023 no comience la segunda fase de la demanda en la que se analizarán de las pruebas que Corinna presente u otros preliminares como el de la jurisdicción de algunos hechos.
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