Serena Williams planea retirarse. A sus 40 años, la tenista con más Grand Slams de la era Open –acumula 23– ha confesado a una conocida revista que se está «alejando del tenis hacia otras cosas más importantes». La tenista no ha señalado una fecha exacta para su adiós, pero ha asegurado en una publicación en Instagram que «la cuenta atrás ha comenzado» y que tiene que «disfrutar las próximas semanas». Según apunta The New York Times, la fecha de la retirada de Serena Williams será después del US Open, que se celebra a finales de este mes en Nueva York.
Tras 23 años compitiendo y consagrada como la mejor tenista del siglo XXI, Williams quiere priorizar ahora su vida personal y familiar. «Tengo que concentrarme en ser madre y en mis metas espirituales para descubrir a una Serena diferente, pero emocionante», ha escrito en su cuenta de Instagram. También ha explicado que no quiere volver a ser madre siendo deportista profesional, como ocurrió cuando dio a luz a Olympia en 2017, de la que ya estaba embarazada de dos meses cuando ganó el Abierto de Australia, el 23º Grand Slam de su carrera.
Precisamente tras su regreso a las competiciones después de su maternidad fue cuando protagonizó uno de los episodios más polémicos de su carrera en lo relativo a la moda. Williams apareció en el Roland Garros de 2018 llevando una malla negra para mejorar los problemas de circulación y coagulación que sufrió después del parto. El presidente de la Federación Francesa de Tenis, Bernard Giudicelli, tachó el atuendo de ser «una falta de respeto al juego y al lugar».
Desde entonces, y mucho antes, la tenista ha utilizado la moda para mandar mensajes, reforzar su estatus de icono más allá del deporte y dejar claro que lo suyo es competir con estilo. Ahora que se retira, y pensando en quién tendrá el valor de atreverse tanto como ella, repasamos los 15 looks con los que ha hecho historia transformando la moda deportiva para siempre.
Cuando Williams regresó a la pista tras dar a luz a su hija Alexis Olympia, eligió una malla negra para mejorar los problemas de circulación y coagulación que sufrió después del parto. Sin embargo, aquella prenda levantó mucha polvareda en el Roland Garros de 2018 y hasta el presidente de la Federación Francesa de Tenis, Bernard Giudicelli, la tachó de ser «una falta de respeto al juego y al lugar» asegurando que no sería permitido en futuras ediciones.
Después de aquella advertencia de Giudicelli, Serena reapareció en el US Open del mismo año contestando a las críticas con un tutú. El conjunto estaba firmado por el desaparecido diseñador Virgil Abloh, que no dudó en ironizar escribiendo la palabra ‘logo’ encima del símbolo de Nike. «Puedes quitarle a la superheroína su traje, pero nunca podrás quitarle sus superpoderes», afirmó la tenista en referencia a la polémica causada por su vestimenta meses antes.
Un año después de la controversia, Williams volvió a Roland Garros con un potente conjunto blanco y negro que también estaba firmado por Virgil Abloh. En el calentamiento previó se cubrió con una chaqueta en la que podían leerse las palabras «madre, reina, diosa y campeona» en francés.
Una pierna totalmente tapada y la otra al descubierto. Así fue el mono asimétrico negro, rojo y rosa que acaparó toda la atención y los titulares en el Open de Australia del año pasado. El diseño se inspiró en Griffith-Joyner, atleta ganadora de tres oros en los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, y estaba firmado por Nike, marca deportiva que patrocina a la tenista desde 2003.
Serena Williams se ha atrevido casi con cualquier prenda imaginable en una pista de tenis. En US Open de 2013 lució una americana de Nike durante el calentamiento previo y volvió a repetir hazaña en Wimbledon, eligiendo en aquella ocasión el clásico blanco vinculado al torneo.
Su fijación por las faldas de volantes, los cropped tops y los estampados viene de lejos. Con once años ya adelantaba sus dotes estilísticas (y, por supuesto, deportivas).
Williams no ha dudado en atreverse con tejidos tan poco ortodoxos para practicar deporte como el vaquero. James Dean fue su inspiración para atreverse con el denim en esta falda tableada que bien podría haber sido diseñada como prenda de calle.
En el US Open de 2004, la deportista se plantó unas botas negras de Nike pocas veces vistas en las pitas de tenis. Las combinó con un vestido con volante en la falda, un detalle que ha repetido en numerosas ocasiones y ya es símbolo de su estilo.
Serena Williams ha apostado en numerosas ocasiones por tops y vestidos con aberturas estratégicas y cut outs. Sirva como ejemplo este lo0k de 2002, cuando aún era vestida por Puma, que deja al descubierto su ombligo y el piercing que lo decora.
En sus primeros años, la tenista solía vestir de Puma, firma que la esponsorizó hasta 2003. Fue aquel año cuando firmó con Nike un contrato valorado en cerca de 40 millones de euros, el más lucrativo para una deportista hasta la fecha. Su primer estilismo con la marca estadounidense fue protagonizado por un corsé plateado que bien la hacía parecer una guerrera sobre la pista. ¿Acaso no lo es?
Los monos, cortos, largos e incluso asimétricos, son una de sus prendas favoritas. También es fan de combinar minivestidos con leggins debajo.
Si Serena Williams no le teme a nada ni a nadie, la cosa no iba a ser distinta con el estampado animal fucsia, una declaración de moda para muchas impracticable. Así de bien lo lució ella en 2014.
En sus comienzos, Williams incluso lució en la pista diseños creados por ella misma. Sin embargo, ganó su primer Open de Australia en 2003 con un conjunto retro firmado por Puma.
Uno de sus looks más recientes es que conjunto estampado con escote asimétrico que lució el pasado mes de junio. A juzgar por la imagen, ella misma parece sorprenderse de lo estilosa que es.
Serena se ha atrevido con casi cualquier color imaginable: del lila al rosa pasando por el naranja, el rojo o el verde, que ha lucido en distintas variantes. ¿Quién le tomará el relevo en eso de poner la nota de color a los partidos tras su retirada?
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