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Tamara Falcó está viviendo uno de los momentos más complicados de su vida. La marquesa de Griñón ha tenido que enfrentarse en las últimos 72 horas a un sinfín de informaciones sobre su futuro marido que la han llevado a tomar una drástica decisión: abandonar la vivienda que comparte con Iñigo Onieva con sus dos perritas y refugiarse en casa de Isabel Presyler. Desde el anuncio de su compromiso se ha enfrentado a una auténtica montaña rusa de emociones. De la felicidad extrema, poniendo fecha y lugar para su boda con Iñigo a la máxima tristeza después de que saliesen a la luz varios vídeos de su novio besando a otra mujer.
Horas después de toda la vorágine de informaciones sobre la supuesta deslealtad, Tamara Falcó e Iñigo Onieva asistían a la boda de una de una buena amiga, donde posaban de lo más felices y acaramelados. Entraban de la mano y el joven empresario declaraba su amor a la marquesa de Griñón.
Iñigo dejaba claro que los vídeos eran del año 2019, aunque poco a poco se ha ido demostrando que las imágenes pertenecen a este año. Algo que podría haber precipitado que Tamara Falcó borrase la fotografía que había compartido en redes sociales para anunciar su compromiso con Iñigo y decidiese poner espacio entre los dos.
La socialité se desplaza a primera hora de la tarde a la residencia de Isabel Preysler ubicada en la urbanización de Puerta de Hierro, Madrid. Así lo confirmaban desde el programa ‘Ya es verano’ donde comentaban que Tamara Falcó llegaba totalmente rota a los brazos de su madre. «No ha parado de llorar y aunque Iñigo intenta conectar con ella por todos los medios, ella no quiere hablar con él», apuntaba uno de los colaboradores del programa diciendo que el joven ha llamado incluso a la residencia de Isabel Presyler para poder hablar con la marquesa, pero que ella se ha negado.
En las imágenes emitidas en el programa, se podía ver a la que fuera ganadora de ‘MasterChef Celebrity’ totalmente desencajada paseando con sus perritas por las inmediaciones de la casa que comparte con su novio. Lo habitual es ver a Tamara muy feliz y sonriente y esta vez su rostro evidenciaba que estaba atravesando un momento duro a nivel personal.
La reportera del programa explicaba que la marquesa de Griñon la miró con cara de pidiendo ayuda para enfrentarse al aluvión de informaciones que han visto la luz en las últimas horas.
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