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El nuevo monarca y su mujer aterrizaban en Escocia a las 13:30 (12:30 hora local) tras haber presidido, en el Palacio de Westminster (Londres), la ceremonia en la que lores y comunes expresaban al soberano sus condolencias por la muerte su madre. La Familia Real casi al completo viajaba hasta Edimburgo para acompañar a los restos mortales de la monarca desde el palacio de Holyroodhouse hasta la catedral de St. Giles donde, tras un reposo, sobre las 20:00 de la tarde, han hecho un acto simbólico para velar el cuerpo de Isabel II. Es el momento conocido como la ‘Vigilia de los Príncipes’.
En la vigilia hemos podido ver de nuevo a los hijos de la monarca fallecida con un gesto muy devastador. Cada uno se ha colocado en una esquina de féretro y en un profundo silencio, era el pueblo quién se despedía de la reina. La emoción entre los ciudadanos se hacía notar cuando miraban al féretro de Isabel II. Los cuatro hijos de Isabel II han estado de pie «haciendo guardia» en los primeros minutos del acto mientras el pueblo de despedía con gesto serio de la monarca. Ellos han estado acompañados en todo momento de la reina consorte Camila y Sophie de Wessex, esposa del príncipe Eduardo.
Para la vigilia, el rey Carlos III se ha desprendido del uniforme militar para lucir el Kilt, vestimenta escocesa que consiste en una falda que forma parte de la ropa tradicional masculina y es utilizada en la actualidad solo para las grandes ocasiones como bodas, convenciones, y otros actos.
En un principio se trata de un velatorio que dura toda una noche, pero finalmente se ha representado simbólicamente durante unos minutos con el ocaso del día. Un detalle que también hay que destacar es que la princesa Ana ha roto un protocolo histórico pues, como miembro activo de la familia real británica e hija de Isabel II, ha participado en la ‘Vigilia de los Príncipes’ (que solo eran participantes los varones), ocupando una de las esquinas del ataúd.
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