Kiko Rivera confiesa sus excesos en Cantora: «Una vez llevé dos leones»

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    La imagen que actualmente tiene Kiko Rivera dista mucho de la que tenía cuando era un veinteañero: si ahora el hijo de Isabel Pantoja, a sus casi 40 años, se dedica a su música y a cuidar de su familia (entre polémica y polémica familiar con su madre y con su hermana), de joven la historia era muy diferente: los excesos y las fiestas eran prácticamente la rutina para él, algo que no tiene problema en reconocer a día de hoy que le ha pasado factura, y lo ha hecho en el programa de David Broncano, ‘La Resistencia’, dos años después de su última visita.

    Con el buen humor del que siempre hace gala Broncano, se llevó de calle a Kiko en seguida, al que ya casi puede hablar de tú a tú como un amigo más, y tras hablar de la mala vida que le llevaron a sufrir un ictus en octubre de 2022 y de la actual relación con su madre, salieron a colación las famosas fiestas que Kiko organizaba en Cantora, que él mismo ha calificado casi de legendarias: «Una mierda para las de Ronaldo», ha dicho.

    Sus propios amigos, presentes en el plató y entre los que se encontraba Rafa Mora, así lo confirmaban: «Nosotros sabíamos cuándo íbamos pero no cuándo salíamos, así que sólo decíamos que íbamos», confesaba su amigo ‘Chete’. Kiko, por su parte, tampoco ha tenido problema en revelar que eran fiestas muy grandes en las que se llenaban las «25 o 30 habitaciones que tiene Cantora», y en las que el desfase era el ‘leit motif’: «En una ocasión llevé dos leones. Vinieron los del Seprona a llevárselos», ha revelado. Preocupado por cómo las organizaba, Broncano quería saber más: «Mi madre por aquel entonces estaba en Madrid, y a la gente que trabaja en casa yo les hacía un ‘regalito’, como 50 euros, y nunca se chivaron. También luego les dejaba participar en las fiestas«, ha recordado.

    Ahora, Kiko lleva una nueva vida de lo más tranquila «sin poder beber, fumar o tomar drogas» por recomendación médica tras su ictus, y aunque a veces echa de menos una de esas fiestas, prefiere llevar una vida más acomodada por su propia salud.

    Kiko se sincera con humor sobre cómo vivió su ictus

    El gran susto de su vida se lo llevó Kiko a finales de 2022, cuando un ictus casi se lo lleva, y aunque ahora es capaz de tomárselo con humor y hasta dice que ahora le pueden llamar ‘Kikictus’, en su momento asegura que lo pasó fatal: «Fue un día que me quedé dormido en el sofá, y cuando me desperté noté que tenía toda la parte izquierda dormida. Pensé que había sido una mala postura y me volví a dormir, pero al levantarme vino un amigo y me dijo que me veía mal, que me fuera al médico… y cogí la moto y me fui. Perdón, no se debe hacer, pero la verdad es que yo estoy cerca del hospital y andando iba a tardar más. Cuando llegué el cabrón que me atendió me dijo que era una faringitis y me mandó a casa«, ha relatado.

    Un diagnóstico a todas luces erróneo que podría haber terminado en algo peor de no ser por la hermana de su mujer, Irene Rosales, que con una videollamada le dijo que podía ser una parálisis facial, pero al llegar al centro de salud vieron lo que realmente era: «De repente me vi lleno de cables y me ingresaron». Afortunadamente, a día de hoy puede contarlo y apenas le han quedado secuelas.

    Acercamiento con su madre, Isabel Pantoja

    Recientemente, en una entrevista con Bertín Osborne, Kiko desvelaba que había decidido relajarse, que «los problemas se solucionan en casa», y que había llegado a la conclusión de que no quería seguir enfadado, algo que ha repetido en ‘La Resistencia’ con un bonito gesto hacia ella: «Que yo haya tenido un problema familiar con ella no significa que no sea una fenómeno. Para mí es la mejor artista de este país», señalaba mientras arrancaba el aplauso del público.

    Precisamente a Bertín, sobre este tema, le confesaba que ese acercamiento es algo que «necesita: «Si algo necesito ahora mismo es que mi madre me dé un abrazo. Lo necesito. Estoy jodido«, una petición que Osborne subrayaba, y Kiko añadía: «Ya no es necesario por mí, sino por mis hijas. Soy el encargado de ponerles vídeos de su abuela cantando, porque no quiero que se pierdan quién es su abuela».



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