Flujo en el embarazo: ¿cuándo debo preocuparme?

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    El flujo vaginal puede ser un buen indicador de cómo va el embarazo y puede alertar de algún problema, pero hay que saber qué cambios son normales y cuáles pueden resultar extraños. El flujo vaginal cambia ante el embarazo, siendo habitual que varíe en consistencia o espesor, frecuencia y cantidad. De hecho, la variación del aspecto del flujo puede ser uno de los síntomas que indican que puedes estar embarazada:

    • Cuando el óvulo es fecundado, puede haber una leve aparición de flujo vaginal de color rosado. Conviene tener en cuenta que puede producirse lo que se conoce como sangrado de implantación.
    • También puede sospecharse un posible embarazo si el flujo es más espeso de lo habitual.

      Hay que tener en cuenta que el flujo vaginal normal es más fino, claro y de un color blanco lechoso.

      Tener un flujo vaginal abundante en los principios de la gestación es muy habitual y no debe ser motivo de alarma, ya que se debe a los cambios hormonales que se producen en el cuerpo de la embarazada. “Leucorrea es el término con el que se denomina al flujo vaginal que se genera durante el embarazo y que, cuando es normal, tiene un color blanquecino o ligeramente amarillento, es inodoro y de textura viscosa. Su función es la de asegurar la limpieza de la vagina evitando el paso de bacterias hacia el útero, así como mantener el grado de acidez que debe haber en ella”, explican los expertos de Sanitas.

      Otro cambio habitual en el flujo vaginal durante el embarazo se produce a medida que está más próximo el parto: puede ser más abundante, más denso y pegajoso e incluso puede tener algunos hilos de sangre. Es una señal temprana de que el parto está cerca.

      Cambios en el flujo durante el embarazo

      Ante cambios en el flujo o secreciones anormales durante el embarazo, es conveniente consultar con el médico. ¿Y qué señales pueden hacernos sospechar? Mencionamos algunas de ellas, tal y como explican desde el Instituto de Reproducción CEFER:

      • Flujo amarillento y con mal olor: puede indicar infección por hongos o bacterias. Es importante tratarla antes del parto, ya que se puede transmitir al bebé en el mismo.
      • Flujo verdoso y de olor desagradable: si van acompañados de enrojecimiento de la vulva o de otros síntomas como dolor al hacer pis o al mantener relaciones sexuales u otras molestias vaginales, puede tratarse de tricomoniasis, una enfermedad de transmisión sexual común que debe tratarse antes del parto.
      • Flujo grisáceo con olor fuerte: puede indicar una infección bacteriana como la vaginosis. También debe ser tratada porque puede ser peligrosa para el feto. Las infecciones vaginales requieren tratamiento.
      • Flujo muy acuoso: el flujo vaginal es habitualmente espeso, por lo que si se vuelve muy acuoso durante el embarazo puede indicar que algo no va del todo bien y conviene consultar.
      • Cambios en la cantidad y en el olor del flujo: en general, ante cambios llamativos en la cantidad y en el olor del flujo vaginal durante el embarazo conviene consultar con el médico para tratar de descartar infecciones por hongos o bacterias.

        Si aparece flujo marrón durante el segundo trimestre de embarazo también conviene consultar con el médico. Anteflujo de color rojo brillante de manera más o menos abundante durante el embarazo, es necesario acudir con urgencia al médico, puesto que podría ser un signo de placenta previa o de desprendimiento de placenta. Ante pérdidas de sangre en el embarazo siempre hay que buscar asesoramiento profesional.

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